Donovan Mitchel lanzó su último tiro en suspensión tras los entrenamientos, levantó los dos pulgares, tomó una botella de agua y lentamente cruzó la cancha para hablar con la prensa el día previo al juego más importante con Cleveland. El base estelar se sentó con la espalda contra la pared.
Tras una de sus peores actuaciones en la postemporada, Mitchell confía que él y sus compañeros se recuperaran en casa en el juego 5 de la serie de primera ronda ante los Knicks de Nueva York: “No ha acabado”, indicó.
“Estamos jugando por la temporada”, advirtió Mitchell y reconoció su entorno. “Si no tendremos la conferencia de prensa del final de temporada en el mismo lugar”.
Abajo 3-1 en la serie al mejor de siete y tras perder dos encuentros este fin de semana en un ensordecedor Madison Square Garden, los Cavs enfrentan la posibilidad de que su exitosa campaña termine más rápido de lo que esperaban.
Los Knicks, que han sido más tenaces y serenos, los tienen al borde de la eliminación y están a una victoria de avanzar a la segunda ronda por primera vez desde el 2013 y por segunda ocasión en 20 años.
Durante la “burbuja” de la NBA en Florida en la postemporada 2020, Mitchell fue parte del Jazz de Utah que dejó ir una ventaja de 3-1 y perdió ante los Nuggets de Denver. No hubo ventaja de cancha en la serie, pero eso no lo hizo menos doloroso. Ese momento ha ayudado a Mitchell a guiar en esta ocasión a los Cavs: “Es un juego de eliminación”, reconoció. “Tienes que salir y jugar como si no hubiera mañana”.
En la historia de la liga sólo 13 de 271 equipos se han recuperado de un déficit de 3-1 para ganar una serie. Cleveland es el único que lo ha logrado en las Finales de la NBA, ganando todo en el 2016.