- Sebastián Molano, involucrado en la caída: “Traigo la muñeca un poco lastimada”
- El ‘secreto’ de Kaden Groves para vencer a Sebastián Molano en el primer sprint de la Vuelta a España
El día comenzó accidentado con la caída del irlandés Eddie Dunbar cuando la carrera todavía estaba neutralizada y su abandono. Tras el susto, se puso en marcha la competencia y hubo varios intentos infructuosos de ataques, hasta que apareció el del uruguayo Éric Fagúndez, quien sacó más de cinco minutos de ventaja sobre el pelotón.
La aproximación al puerto en el Collado de Ibola trajo movimientos relevantes y muy esperados. El argentino Eduardo Sepúlveda, que se puso como líder de la clasificación de montaña en la fracción anterior, saltó con la seria intención de ganarse los puntos. El ataque fue fulminante para irse en solitario 2 kilómetros antes de coronarlo y afirmar su objetivo principal en esta Vuelta.
Con la tarea cumplida, Sepúlveda bajó el ritmo y el grupo se puso al frente para el remate de la carrera. Eso sí, el ciclista elegido como el más combativo de la quinta etapa fue Éric Fagúndez, por su dominio en la mayor parte del recorrido. Antes de la definición, quedaba el sprint intermedio en Nules y Remco Evenepoel lo tuvo fácil para bonificar seis segundos para su liderato de la general.
Si quedaban solamente 11 kilómetros y el líder había ganado ese sprint, había serias presiones al frente. Los equipos llegaron bien organizados a Burriana, ubicando a sus elementos para la definición a velocidad. El principal riesgo en los últimos kilómetros eran los reductores de final en el asfalto, que representan un verdadero peligro.
Una glorieta resbalosa mandó al suelo Milan Menten y Andreas Kron, ambos del Lotto Dstny. El espectáculo del embalaje tuvo al mismo protagonista del martes, porque Kaden Groves volvió a explotar con todo para ganar la fracción y mantener la camiseta verde. El colombiano Juan Sebastián Molano estuvo involucrado en la última caída y sin posibilidades de pelear la etapa.