El piloto más exitoso que ha tenido el automovilismo colombiano, Juan Pablo Montoya, anunció recientemente la creación de su propio equipo de pilotos. El objetivo es impulsar este deporte en Colombia y comenzar a formar a la futura generación de pilotos que se espera sean los grandes representantes del país en las diferentes categorías y, por qué no, soñar con estar en la Fórmula 1.
Sebastián Montoya, (piloto de Fórmula 3), Maximiliano Restrepo (F4 española), Nicolás Baptiste (se prepara para debutar en la F3) y Salim Hanna (piloto de kartismo de 13 años) son los cuatro jóvenes que hacen parte de este selecto grupo y quienes a medida que comparten el tiempo juntos, ya sea en el simulador o en sus tiempos libres, han logrado afianzar su amistad y hasta considerarse hermanos.
“Hemos formado algo muy especial. Al final del día todos queremos lograr lo mismo. Pasamos mucho tiempo junto y siempre nos tratamos de empujar más cada uno, y siempre queremos tratar de mejorar. Es una relación bastante buena que tenemos y eso nos lleva a tener una dinámica de cómo debemos trabajar entre nosotros.”, dijo Sebastián Montoya.
A lo que Nicolás agregó: “Creo que algo muy bueno de este grupo es que nos decimos las cosas como son, un poco como lo es Juan Pablo. Si vemos que alguien la esta embarrando en algún tema, se lo decimos al otro, y eso nos ha ayudado mucho”.
Ahora bien, por otro lado, estas cuatro futuras promesas del automovilismo y a quienes los une esa adrenalina de estar subidos en un auto de carreras, no han tenido un camino fácil para llegar a donde están ahora. El esfuerzo y dedicación y, principalmente, el apoyo de sus familias ha sido clave para que puedan soñar en grande en un deporte que no cuenta con el patrocinio suficiente en Colombia.
“Yo estoy muy agradecido con mis padres por el patrocinio. Desde el principio me apoyaron en esto y fueron los primeros que viajaban conmigo a Bogotá para las carreras de karts y estoy muy agradecido con ellos”, aseguró Maxi. Una respuesta que comparten tanto Sebastián, como Salim y Nicolás.
“En mi caso ha sido toda mi familia. Mis papás, mis hermana, mis abuelos. Esto ha sido un cambio de vida para todos, pero mis papás desde un principio me han apoyado, tanto en lo deportivo como en lo emocional y lo han hecho todo para que esté en este punto”, aseguró Nicolás, quien también reveló que en un principio quiso ser futbolista, pero la adrenalina de estar sentado frente a un volante lo cautivó aún más.
Una madurez implacable
Aunque estos cuatro pilotos aún son bastante jóvenes, todos tienen muy claros sus objetivos y para eso trabajan día a día. Su madurez, cuando hablan sobre las expectativas que tienen y el camino que deben seguir para llegar aún más lejos no demuestra la corta edad que tienen.
Conseguir los mejores resultados, representar al país y llegar a la fórmula 1, son algunas de esas metas que se han planteado a corto, mediado y largo plazo, por lo que “tener la confianza suficiente y mantener esa actitud ganadora, así como que la gente crea en uno”, según dijo Salim, son algunas de las claves para poder alcanzar esos objetivos.
La importancia de tener a un mentor como Juan Pablo Montoya
Estos cuatro pilotos, quienes esperan seguir los pasos de su mentor, entienden la importancia de escuchar a un piloto tan experimentado como lo es Juan Pablo. No por nada llegó a conquistar algunas de las pistas más icónicas del mundo del automovilismo y eso sin duda lo hace la persona adecuada para poder llevar a estos deportistas hasta la cima.
“Tenerlo al lado empujándome, pero también enseñándome la importancia de descansar y de la fortaleza mental que se debe tener para poder llegar lejos es algo que me ayuda mucho”, destacó Sebastián.
Asimismo, tanto Salim como Nicolás y Maxi, son conscientes de todo lo que Juan Pablo tiene por enseñarles, algo que ven reflejado cada vez que él los aconseja, “porque cuando sigues sus ideas y consejos marcan una gran diferencia a la hora de manejar el auto”, agregó Maxi, mientras que Nicolás y Salim resaltaron esa exigencia que los impulsa a trabajar cada vez más duro.
Un mensaje para las generaciones venideras
Sebastián Montoya: “Lo más clave es que lo tienes que disfrutar. Si bien pasamos por momentos duros, no podemos dejarnos vencer por eso y luchar por lo que uno ama, porque así uno le va a meter el 100% y eso es lo más importante. Hay un dicho qu me dice mi papá y es que ‘si fuera fácil, todo el mundo lo hace’. Yo creo que si uno quiere marcar la diferencia y hay que empujarse día a día en lo que uno quiere”.
Maximiliano Restrepo: “Que cuando empiecen a hacer deporte lo hagan con el pensamiento y la plena convicción de que pueden lograr todo lo que quieran hacer”.
Nicolás Baptiste: “Primero es que con esfuerzo y dedicación se pueden lograr las metas. Y sobretodo que lo disfruten, porque si no lo disfrutan no van a hacer ningún sacrificio ni van a tener la disciplina que se necesita. Seguramente, llegará un momento en el que desistirán o lo seguirán haciendo, pero no serán buenos”.
Salim Hann: “Si quieren estar inmersos en el deporte de alto rendimiento y profesional, lo más importante es que trabajen duro y le metan ganas, porque con eso los resultados vendrán”.
Este proyecto de Juan Pablo Montoya sin duda es una carta de inspiración para estos cuatro deportistas que quieren llegar lo más lejos en el automovilismo mundial y poner a sonar el himno de Colombia en las pistas de las diferentes categorías. La responsabilidad que tienen sobre sus hombros es grande, pero son plenamente conscientes de esto y por ello se esfuerzan al máximo para cumplir con sus objetivos.