No es una novedad los triunfos de Max Verstappen, que ya está a una victoria de alcanzar el récord de triunfos seguidos de Vettel. Tampoco hubo novedades en pista, en una carrera chata. Lo que sí tuvo el Gran Premio fue una polémica protagonizada por el campeón del mundo.
La tensión entre neerlandés y el ingeniero de pista Gianpiero Lambiase volvió a subir por las indicaciones que le dio mientras cuando estaba a la “caza” del primer lugar, en manos de Sergio Pérez, líder en Spa hasta la vuelta 17.
Lambiase con vehemencia le manifestó a Mad Max no cuestionar sus instrucciones y confiar en lo que le estaba pidiendo, previo a la primera parada de pits, dado que Red Bull hizo ingresar primero al mexicano a los boxes para cambiar neumáticos y reponer combustible.
No pararía ahí. El pronóstico indicaba lluvia y a Verstappen le informaron la amenaza de precipitación, pero con evidente molestia el piloto respondió que ellos eran los que estaban viendo el clima y que el solo se preocupaba por seguir.
La discordia se había sentado y luego que Max tomara el primer lugar, hubo una discusión del equipo con el piloto, al pedirle que bajara el ritmo por la degradación el desgaste de las llantas. Verstappen respondió con soberbia expresando que eso ayudaría a hacer una nueva parada de pits, la cual serviría de práctica al equipo, en caso de que lo necesitara.