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La consigna de “Vuelve a Casa” o “It’s Coming Home”, en inglés, está a un juego de convertirse en realidad y con lo que llegaría a su fin la sequía de títulos internacionales de 57 años para Inglaterra. El trofeo de la Copa Mundial podría regresar este domingo al lugar en el que nació el fútbol por primera vez desde 1966. Pero parece que el camino para que vuelva a casa será con la selección femenina y no con los hombres.
Las Leonas disputarán su primera final del Mundial femenino el domingo ante España. Es la primer final completamente europea desde el 2003, cuando Alemania venció a Suecia. Ha sido un camino mágico para ambas selecciones: Inglaterra ha estado en la cima del fútbol desde que ganó el verano pasado el Campeonato Europeo y España está en su primera final menos de un año después de 15 jugadoras renunciaron al equipo en protesta.
Era esperado que Inglaterra llegara a esta instancia y en los pubs y en todas partes, los seguidores del equipo han continuado cantando “It’s Coming Home” que recuerda que el equipo no ha ganado ningún título mundial desde 1966. Fue el equipo masculino el que ganó ese año y la final del domingo será la primera vez que un equipo inglés disputa la final en 57 años.
La entrenadora Sarina Wiegman ha liderado el ascenso de Inglaterra a la cima. Wiegman llegó a la final como la primera seleccionadora no inglesa. La holandesa está de vuelta en su segunda final consecutiva y es la única entrenadora que ha llevado a dos equipos a la final.
Wiegman dirigió a Holanda cuando perdió por 2-0 la final del 2019 ante Estados Unidos: “Cada paso ha sido muy, muy difícil. Pero de nuevo, encontramos la manera”, indicó. “Creo que las rivales, el deporte femenino ha crecido mucho que es difícil avanzar. Entonces sé que es muy especial”.
Por su parte, España ha desafiado las expectativas alcanzando la final a pesar del éxodo de jugadoras el año pasado. Quince jugadoras renunciaron citando preocupación por su salud mental y le pidieron a la Federación que crearan un ambiente más profesional.
Tres de esas jugadoras —la mediocampista Aitana Bonmati, la delantera Mariona Caldentey y la defensa Ona Batlle— se reconciliaron con la federación y regresaron para el torneo. El seleccionador Jorge Vilda le agradeció a la federación su apoyo durante el torneo y las jugadoras han decidido enfocarse en el presente.
La Roja tiene oportunidad de traer a casa un nuevo trofeo después de que el equipo masculino ganó el Mundial 2010. La selección femenina nunca ha ganado un torneo importante: “Ahora tenemos la oportunidad”, reconoció Bonmati. “Es mágico. Único”.