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Finalizó la Copa Mundial Femenina de la FIFA que se disputó en Australia y Nueva Zelanda. Esta cita orbital le mostró a todo el planeta lo mucho que ha avanzado el fútbol de mujeres. En solo algunos años, esa brecha que parecía infinita entre selecciones potencias y otros países que hasta ahora iniciaban el balompié profesional, se acortó y ahora, este deporte es bastante competitivo.
Muestra de ello es que en esta edición, un nuevo combinado levantó por primera vez el trofeo. España, que durante los últimos años le ha apostado al fútbol femenino, consiguió que tres categorías se consagraran campeonas del mundo. La Sub-17, la Sub-20, y ahora la absoluta, están en lo más alto y esperan ser un ejemplo para los otros países que desde ya empiezan a seguir sus pasos.
Este Mundial dejó en evidencia que aún hay mucho por mejorar en el fútbol femenino. A pesar de que ha crecido el apoyo económico hacia las profesionales, las brechas con la rama masculina sigue siendo amplia. Los estadios de Australia y Nueva Zelanda, cumplieron y las ganancias, según la FIFA, fueron más altas de lo esperadas. Esto demuestra que los aficionados también apoyan este deporte que va en ascenso.
No hay duda que aumentó la competitividad. Cada año, las selecciones trabajan en mejorar su técnica y táctica y eso quedó evidenciado en esta cita orbital, donde las máximas favoritas quedaron eliminadas en primera ronda o en octavos de final.
Lo malo, hay que ponerle la lupa a los premios prometidos a cada una de las profesionales. Tanto la FIFA como las diferentes Federaciones, se comprometieron a retribuir lo hecho por las futbolistas, y desde ya, hemos visto que dichas promesas podrían no cumplirse.
No hay que dejar de mencionar la bochornosa actuación sexista de Luis Rubiales, presidente de la Federación Española de Fútbol, antes y durante la celebración del equipo tras ganar el Mundial. El beso en la boca a la jugadora Jenni Hermoso, y tocarse sus genitales en la tribuna, dejan al directivo con todas las miradas puestas en él, a pesar de que salió a pedir disculpas públicas.
Es más lo bueno que lo malo en esta Copa Mundial. El apoyo, compromiso y organización de los países anfitriones, es para aplaudir. La muestra del crecimiento del fútbol femenino a nivel global y que países como Colombia, ya sea visto de otra forma por el gran nivel que mostró, son algunas de las cosas positivas que deja esta cita orbital, que desde ya, ha sido catalogada como la mejor de la historia.