No importa cuando se lea, al Real Madrid nunca hay que darlo por muerto. La diferencia de 12 puntos en LaLiga no pesaba, tampoco la goleada recibida en el pasado Clásico. Los blancos sabían estaban ante un punto de inflexión en la temporada y que mejor forma, pasando a la final de la Copa del Rey con una goleada a su histórico rival. Benzema, siempre protagonista firmó tres y puso la asistencia al tanto de Vinícius.
La obligación era de los blancos de ir por la remontada, pero en su campo los culés no salieron a especularon e intentaron apretar del cuello desde el inicio. Balde recibió un cambio de orientación, encaró y abrió para Gavi, el cual lanzó un buscapiés despejado con lo justo por Camavinga. Luego sería en una mala salida de los visitantes Raphinha jugó rápido para Gavi este tocó, volvió a recibir y se la sirvió a Lewandowski, pero Alaba se barrió para desviarle el disparo.
Si algo han demostrado los dirigidos por Ancelotti es que saben manejar la presión y no necesitan tener la pelota para sorprender. Una vez más lo demostró con un pase profundo de Modric a Rodrygo, este fue a la línea y buscó a Vini en el otro palo, pero Araújo se lanzó para evitar que la empujara al fondo.
La reacción de los ‘merengues’ llevó al partido a un toma y dame, de alta intensidad en el medio campo, pero con la pelota lejos de las áreas. Parecía que se firmaba la paridad en la primera mitad hasta que Vinícius protagonizó una contra letal, tras una acción en la que Courtois evitó el gol de Lewandowski, el brasileño tocó a Benzema y fue a recibir para definir de tres dedos. Ter Stegen alcanzó a tocar el balón para que entrara con suspenso y por si acaso Benzema la terminó de empujar al fondo.
El segundo tiempo sería una historia totalmente diferente. En apenas cuatro minutos, en una salida de Costado, recibió Modric, que sacó su repertorio cruzándose en velocidad, abriéndose espacio y se la dejó servida a Benzema para una definición sublime. La serie ya estaba a favor del Real Madrid y no levantaría el pie del acelerador, en menos de diez minutos llegaría el tercero. Vini recibió en el costado del área, encaró y Kessié lo pisó. El central no duda en pitar el penal, convertido con un remate cruzado por Karim.
El tanto dejó noqueado a Barcelona. Alonso se equivocó y Benzema tomó la pelota sabiendo que Modric llegaba de atrás, se la tocó, pero el Croata dudó en pegarle y al buscar a Rodrygo con un centro rasante se perdió el cuarto del Madrid. Hubo un conato de reacción azulgrana, rápidamente apagado con control de pelota y largas sucesiones de pases, a la espera del momento para el puntazo final. Llegaría en el minuto 80. Una gran corrida de Vinícius para una habilitación mágica, con un toque con ambas caras del pie a Benzema, el cual de primera le cambió el palo a Ter Stegen.
Real Madrid necesitaba un golpe contundente para devolver la goleada y lo hizo con un póquer en el Camp Nou, diferencia que no sacaba en ese escenario desde hace 60 años. Mejor no podría levantar la cabeza y llegar a la final de la Copa del Rey.