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Era fácil predecir cómo se iba a dar el duelo. Bolivia tendría que resistir lo mejor que pudiese en su visita a Brasil. Es un encuentro donde las casas de apuestas no ven descabellada una goleada y aquel que vaya por lo bajo es el que arriesga más.
Desde el inicio, la Canarinha ejerció un control de pelota absoluto y ubicó su línea defensiva en la línea que divide el campo en dos. Un cuarto de hora pasó antes de que Rodrygo desbordara por banda izquierda y sacara un centro. En su afán de llegar a la pelota, Adrián Jusino cometió mano y el árbitro paraguayo Juan Gabriel Benítez no dudó en señalar penalti. Neymar ejecutó un pésimo cobro, suave y al centro. Guillermo Viscarra atajó y ya se empezó a hacer su nombre en el partido.
Una desafortunada acción iba a poner en ventaja a Brasil. Raphinha llegó por derecha para rematar y el portero boliviano volvió a salvar. El rebote volvió a encontrar a Jusino y la pelota se quedó casi en la línea hasta que Rodrygo llegó para empujarla y celebrar al minuto 24.
Ni perdiendo el partido hubo alguna pizca de rebeldía en el conjunto Altiplánico. La Verdeamarela jugaba a su antojo en campo contrario y la única pelota que llegó hasta Ederson fue una devolución de Renan Lodi que lo tomó por sorpresa para ceder el córner.
El legado salvador de Viscarra continuó con dos acciones más. Danilo centró al área chica para encontrar un cabezazo de Richarlison y una tremenda volada evitó otro tanto. Neymar tuvo tiempo para lucirse con una jugada individual maradoniana en la que dejó desparramados a seis rivales, pero el golero sacó la mano a tiempo y la robó para tranquilidad de la visita.
Un 1-0 era un marcador realmente bajo para todo el contexto que se estaba dando en Belem. Brasil salió decidido a llevarse por delante a Bolivia. No pasaron dos minutos de juego en el complemento cuando Rapnhina disparó de media distancia y el desvío desvío en Roberto Fernández descolocó a Viscarra para que la pelota se fuera al fondo de las redes.
Luego, Rodrygo se apuntó su doblete tras una recuperación alta y una definición con propiedad ante el guardameta al minuto 53. Esta anotación tuvo suspenso por un inaudito llamado del VAR para una revisión sin sentido por una supuesta participación en la jugada de Richarlison, que estaba en fuera de juego, pero a uno cuatro metros de la posición y en ningún momento quiso estorbar a los defensores bolivianos. Por fortuna para el fútbol, Benítez evaluó bien en la pantalla y concedió la anotación.
Brasil siguió atacando con todo y la goleada iba a pasar de largo. En uno de esos emprendimientos masivos hacia el frente, Rodrygo centró una pelota que se paseó por gran parte del área y Neymar apareció solo desde atrás, fusiló y se sacó la espinita para el 4-0 en el 61′.
La confianza que tenía Brasil no fue porque la adquirió, sino porque había salido con ella desde el primer minuto y jamás padeció algo en el fondo. Víctor Ábrego que había llegado desde el banquillo, aprovechó a la defensa adelantada y se escapó de frente al arco para disparar con mucha fuerza y descontar al minuto 77.
El marcador ya era suficiente, pero Bolivia se salvó por una pelota que Neymar estrelló en el travesaño. Esa no se le dio, pero en el tercer minuto de adición volvió a aparecer en el área para cazar el centro de Raphina y sellar la tremenda goleada 5-1. De paso, se convirtió en el máximo goleador histórico de la Selección de Brasil superando a Pelé. La Canarinha arrancó fuerte y con el habitual favoritismo.