En un partido vibrante de principio a fin, el Real Madrid y el Manchester City empataron a un gol en la ida de las semifinales de la Champions League en el Santiago Bernabeú. El gol del local fue obra de Vinicius; por la visita empató Kevin De Bruyne. La revancha será la próxima semana en el Etihad Stadium.
Pegar en el momento justo
Cuando mejor jugaba el Manchester City y tras controlar gran parte del primer tiempo, llegó el gol de Vinicius. El brasilero marcó un golazo de afuera del área que dejó sin respuesta a Ederson. Para la segunda parte, cuando mejor estaba el local y se cocinaba otro tanto para bajar la persiana de cara a la vuelta, llegó el empate gracias a Kevin De Bruyne. Un remate de larga distancia inatajable para Courtois.
Las manos de Courtois
El arquero belga mantuvo con vida a su equipo, como ha venido pasando en los últimos años en Champions League con el Madrid. Es una figura clave en la columna vertebral del elenco de Ancelotti. Sus atajadas le dieron confianza a sus compañeros y por eso lograron irse al descanso, arriba en le marcador gracias al golazo de Vinicius.
Rudiger opacó a Haaland
Muchos fueron al Santiago Bernabéu para ver al ‘killer’ del fútbol mundial. El noruego Haaland llegó a Madrid con un valija repleta de goles. Sin embargo, al frente tuvo a Rudiger. El central alemán le ganó el duelo, no lo dejó moverse, lo incomodó y usó toda su experiencia para evitar que el mejor delantero del planeta arruinara la fiesta.
Grealish, un obrero más
Es un jugador al que se le pide siempre ir para adelante, hacer gambetas, taquitos y dar espectáculo. En Madrid no fue así. Se puso el traje de obrero y ayudó a su equipo en defensa. Fue el primer filtro para la salida por derecha del Real. Corrió, luchó, peleó y no regaló nada. Uno de los más destacado del elenco de Pep Guardiola.