Joe Lewis, el multimillonario británico cuyo fideicomiso familiar controla al club de fútbol Tottenham Hotspur, se declaró no culpable de tráfico de información privilegiada al comparecer por primera vez ante un juez en Nueva York,
Los fiscales alegan que Lewis reveló secretos corporativos a parejas sentimentales, asistentes personales, amigos y sus pilotos particulares, con lo que pudieron embolsarse millones de dólares de manera ilegal. Quedó en libertad tras consignar una fianza de 300 millones de dólares.
Lewis y dos de sus pilotos — Patrick O’Connor y Bryan ‘Marty’ Waugh — se entregaron a primera hora del miércoles ante el FBI, dijo un fiscal. Los pilotos también se declararon no culpables tras una audiencia en la corte federal en Manhattan. Salieron libres tras consignar sendas fianzas de 250.000 dólares.
El fiscal federal Damian Williams, quien anunció los cargos la noche del martes, dijo que Lewis fue acusado de “orquestar una descarada trama de información privilegiada” que aprovechó su acceso a las directivas de corporaciones para distribuir datos a sus amigos y amantes.
“Estas personas capitalizaron esa información privilegiada y lograron ganar millones de dólares en la bolsa de valores debido a que, gracias a Lewis, eran apuestas seguras”, dijo Williams. “Es clásica corrupción corporativa. Y eso va contra la ley — leyes que aplican a todo el mundo, no importa quién eres”.
David M. Zornow, un abogado de Lewis, dijo que su cliente vino a Estados Unidos “para responder a todos estos cargos mal concebidos” y que luchará vigorosamente contra ellos.
“El gobierno ha cometido un atroz error de juicio al imputar al señor Lewis, un hombre de 86 años de impecable integridad y prodigiosos logros”, dijo Zornow en un comunicado.
Su fianza de 300 millones de dólares quedó asegurada con un yate y una aeronave, bienes que un fiscal aseguró tienen un valor aproximado de 300 millones. Lewis y los pilotos deberán permanecer en Estados Unidos.
Según la revista Forbes, Lewis es dueño de una fortuna que alcanza los 6.100 millones de dólares, con activos en bienes raíces, biotecnología, energía y agricultura. Adquirió el control de Tottenham Hotspur, uno de los clubes más famosos del fútbol inglés, en 2001.
Bajo su control, el equipo de la Liga Premier construyó un moderno estadio que costó más de 1.000 millones de dólares. El mismo tiene un emparrillado para partidos de la NFL que está instalado debajo de un cancha de fútbol que se puede remover. Tottenham firmó un contrato a largo plazo con la NFL para montar partidos de la temporada regular en Londres.