Un equipo especial de fiscales salvadoreños dirige la investigación para deslindar la responsabilidad criminal en la estampida de aficionados en el estadio Cuscatlán durante un partido de fútbol que dejó 12 muertos y decenas de lesionados, anunciaron el lunes las autoridades.
La tragedia se produjo la noche del sábado, pocos minutos después de iniciado el partido de vuelta entre Alianza y FAS por los cuartos de final de la liga salvadoreña.
Según las autoridades y declaraciones de testigos, cientos de aficionados enfurecieron cuando no se le dejaba ingresar al estadio a pesar de tener en sus manos los boletos. La gente comenzó a empujar hasta derribar un portón, causando la estampida.
El fiscal general Rodolfo Delgado dijo en un programa de entrevistas de la televisión local que “las conductas criminales que estamos investigando son los homicidios, determinando qué grado de culpabilidad puede existir y qué grado de intencionalidad podría atribuirse, así como el tema de lesiones a estas personas”.
Delgado añadió que “estamos entrevistando a todos los involucrados en los aspectos de seguridad del evento y determinando la cantidad de personas que debían entrar” al partido.
Mauricio Arriaza Chicas, director general de la Policía Nacional Civil, señaló que las investigaciones incluyen a la dirigencia de los equipos involucrados en el partido, los dueños del estadio, las barras organizadas y la presunta sobreventa de boletería. El sector general, donde fue la estampida, estaba designado exclusivamente para los aficionados de Alianza.
“Estamos investigando por qué sólo se abrió un portón de la zona sur, también estamos investigando la venta de boletería falsa”, afirmó.
Trascendió que, en la misma noche de la tragedia, la Fiscalía citó a entrevistas a varios trabajadores y dirigentes de Alianza, que era el administrador del estadio por su condición de local.
Al mismo tiempo, los familiares lloraban por sus muertos y preparaban sus funerales.
Familiares y amigos acompañaban a Patricia Hernández, en el velatorio de su esposo, Fernando Chávez, de 47 años, una de las 12 víctimas en la embestida de aficionados.
Los dos eran aficionados de Alianza, uno de los equipos más populares del fútbol salvadoreño. Junto al ataúd, se podía observar fotografías de la víctima y de la pareja luciendo orgullosos la casaca del equipo.
Patricia relató a los periodistas cómo trató de salvar a su esposo: “Él se cayó y ya no se pudo incorporar, yo regresé y lo jalé, no lo iba a dejar tirado, me hinqué y le dije: ‘Levántate, por favor levántate’, ‘No puedo, no puedo’, me dijo. Eso fue lo último que escuché de él y ya en los ojos se le veía la agonía, entonces ya no se levantó y le cayó encima la gente que venía atrás en el portón”.
“No imaginamos que en una noche en que pensamos ir a disfrutar, ir a alentar al equipo que amamos se iba a convertir en una tragedia, donde me iba a dejar viuda”, agregó la mujer.
Varias personas, entre ellos seguidores de Alianza y otros equipos, llegaron al Cuscatlán para colocar ofrendas florales y camiseta de Alianza, en la tribuna general, en solidaridad con las victimas
“Se han perdido vidas, es triste y lamentable que se haya ido jóvenes y adultos, y duele bastante. Me uno al dolor de las familias de las víctimas, dijo Marlo Cruz, un aficionado de Alianza que dijo que el sábado no pudo asistir al partido. ”Eso es indígnate, para mí fue una falla de control, de seguridad”.
Mas tarde, jugadores de Alianza asistieron el sepelio de los aficionados que fueron víctimas de la tragedia del estadio Cuscatlán.
Los defensas Henry Romero, uno de los capitanes de los “albos” y Mario Jacobo, acompañaron a la familia de Leslie Stefany Fermán Murcia, de 34 años, y entregaron una playera del equipo a la familia. Los jugadores cargaron sobre sus hombros el ataúd con los restos de Leslie.
El colombiano Michel Mercado y Narciso Orellana, vistiendo la playera del equipo, estuvieron presentes en el funeral de Alberto Antonio Palacios, en un cementerio privado y expresaron palabras de solidaridad a los familiares d e las víctimas.
Todos recriminaron que los administradores habilitaron apenas una entrada en el estadio, a pesar que se trataba de unos de los clásicos del fútbol salvadoreño.
“Cuando cerraron las puertas, (la) sol general estaba ocupada en un 80%. Había espacio para más aficionados. El problema es que solo habilitaron un portón y de repente lo cerraron”, dijo a The Associated Press el periodista deportivo Sergio Rodríguez, de la Radio YSKL.