Venezuela sueña despierta con el Mundial 2026

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Yeferson Soteldo, en una acción del juego. | Conmebol

Si hay una lección aprendida en este ‘nuevo’ fútbol es que los encuentros ya no duran noventa minutos. Y tampoco la terna arbitral tiene la última palabra. En un mundo tecnológico, hasta que el VAR no revise detalladamente una acción de partido, el suspenso siempre va a primar. Y la prueba de ello quedó demostrada este martes en Maturín, en donde Venezuela sumó sus primeros tres puntos gracias al tanto de pena máxima de Salomón Rondón, luego de una gigantesca mano de Iván Piris en el área.

A simple vista, Andrés Rojas, principal colegiado, no la vio. Pero lo dicho. Al videoarbitraje no se le escapa nada. Y minutos después de dicha mano, desde la sala de arriba hubo un llamado al gramado de juego. El árbitro cafetero revisó la acción y no dudó. Y posteriormente, Salomón Rondón, lleno de críticas por su flojo desempeño en River Plate, no falló.

Un cupo más, uno menos… es igual. Los clasificatorios sudamericanos seguirán siendo una de las competiciones más exigentes del planeta. Si con cuatro cupos directos todos morían por tomarlos, ahora nadie quiere hacer parte del bailo de los que sobran. Ya no existen ‘cenicientas’, y si aún un incrédulo lo cree, Venezuela se ha quitado dicho disfraz.