Las credenciales se refrendan. Sevilla ratifica que la Europa League está hecha a su medida. Ante la Juventus, que tenía como último recurso el título para jugar Champions League la próxima temporada, asumió la responsabilidad y fue el de la iniciativa, el espectáculo y los goles para quedarse con el tiquete a la final en el que buscarán el séptimo trofeo de la competición en Budapest ante la Roma.
El Sánchez-Pizjuán es una fortaleza difícil de vencer y con esa seguridad los dirigidos por Mendilibar se fueron al asedio en territorio de los italianos, pero fue la visita la que tuvo la primera opción clara a través de un tiro de esquina al que Gatti le puso la cabeza y Bono atajó. El testarazo sirvió como balde de agua fría a los anfitriones y abrir el encuentro.
Con la pelota yendo de área a los porteros se empezaron a hacer protagonistas. Primero fue Szczesny al atajar una linda palomita de Lucas Ocampos tras un centro desde la banda izquierda de Navas. Respondieron la Juve con una contra soberbia. Rabiot le puso un pase entre línea a Di María, el argentino hizo su jugada típica para bañar a Bono, pero se le fue alta al cucharear la pelota.
En el golpe tras golpe Acuña envió al área para Óliver Torres y este no la logró ubicar bien. Luego una transición rápida libera a Acampos para que desenfundara un remate seco a las manos del portero de la Vecchia Signora.
Para avisar que la Juventus hay que tomar en serio, Kean se abrió un espacio en el área y sacó un remate cruzado rasante al palo. Después sería Locatelli al recibir un pase largo, fue al fondo y puso un pase de la muerte, que no desaprovechó Rabiot, pero la acción se invalidó por fuera de lugar.
Antes de ir a las duchas una actuación sobra, respondiendo en defensa y saltando al ataque en el m omento justo, Cuadrado por poco la mancha con una patada violenta a la canilla de Torres. El VAR entró a revisar y lo salvó, porque la falta por milímetros no fue en el área
Sevilla también recurrió a la pelota quieta para avisar en el inicio del complemento. En un doble cabezazo Badé la tuvo, aunque le faltó potencia para poder vencer a Szczesny. Con menos elaboración, pero con peligro Juventus se acercaba. Con dos toques, incluido un pecho de Kean haciendo de pivote, Rabiot se escapó en solitario, ingresó al área y saco un remate muy cerca de la base del palo. Otro campanazo llegaría con un testarazo de Bremer, el cual se fue arañando el bajante.
En el complemento se acercaba más la Juventus y Allegri movió el banco para concretar las opciones que se estaba generando. En una mala salida de Sevilla, Rabiot tomó un rebote y descarga en el recién ingresado Vlahovic, el cual en medio de dos se acomodó y le rompió el arco a Bono cuando el reloj marcaba 65 minutos.
Con el tanto los locales empujaron en busca del empate. Increíblemente como en un ping pong, una serie de rebotes que iba al fondo lo sacó En-Nesyri. La igualdad no tardaría en llegar con un zurdazo de Suso al 72’, imposible para el portero juventino. Sevilla hizo todo lo posible por lograr el tiquete en tiempo reglamentario, topándose con un crecido Szczesny para sacarle un cabezazo al delantero marroquí en el último minuto.
En el previo del compromiso la prórroga se daba como el resultado más probable en los 90 minutos. También estaba la estadística de Sevilla como local en la Europa League, que de los últimos 30 partidos en su estadio ganó 27. Si bien los datos no son más que datos y cada partido es una historia nueva, los de Mendilibar correspondieron a la trayectoria en la competición y con un cabezazo de Lamela en los primeros 5 del suplementario alcanzaron el tiquete a la final.