Juventus se encontró con la mejor versión de sí misma en esta primera jornada de la Serie A en la que, gracias a los tantos de Chiesa, Vlahovic y Rabiot, atropelló a Udinese en un partido dominado desde el inicio. Y es que la Juve salió con todo y se encontró bien pronto con un regalo de los locales, un error de Zárraga en salida que dejó el balón en posesión de Vlahovic en la zona de tres cuartos. El ariete serbio, discutido por su mala temporada pasada, encontró rápidamente a un Chiesa que no se lo pensó dos veces y que con un golpeo seco desde fuera del área hizo el primero en el minuto 4.
No se habían cumplido los primeros 20 minutos de choque y el control del combinado blanquinegro era total. Bien posicionada en el carril central con Rabiot, Locatelli y Miretti, y con la profundidad de Weah y Cambiaso en los carriles, la Juve estaba cómoda, pero con la idea clara de ir a por el segundo. Una actitud que la temporada pasada no sacó a relucir en ningún partido, en los que cedió la posesión y el ritmo en cuanto se ponía por delante. El dominio abrumador, hundiendo al combinado local, desembocó en un penalti provocado por Alex Sandro, que sacó un centro que tocó en la mano de Ebosele, y que convirtió Vlahovic, reivindicando su importancia en la Juve anotando en el primer partido de la extraña temporada en la que los de Allegri no disputarán competición europea.
Justo antes del descanso, Rabiot puso el tercero de cabeza, aprovechando la mala salida de Silvestri. Un gol que cerró la goleada y la primera victoria de la campaña de esta Vecchia Signora que dejó buenas sensaciones y que pareció desquitarse de los fantasmas que le acompañaron durante el pasado año. La Juve levantó el pie del acelerador y Udinese, que sin Deulofeu es claramente menos peligroso, mejoró sobremanera, generando las primeras ocasiones de peligro ante la más confiada zaga visitante, que aún así evitó encajar gol alguno.
Repartió minutos Allegri, en la que fue su victoria número 250 de su carrera, y dio entrada a Milik, Fagioli, McKennie e Iling Junior, que lejos de rebajar el nivel ofensivo encontraron un gol. Fue Vlahovic el que terminó la buena jugada colectiva y no desaprovechó la asistencia de Iling Junior, pero el colegiado anuló el tanto por fuera de juego en el desmarque del carrilero zurdo. Ya en los minutos finales, el Udinese se soltó en ataque y tuvo que ser Szczesny el que sostuviera a los suyos con varias intervenciones que negaron el gol a los locales, frustrados al ver cómo su buen hacer en estos compases no fue recompensado.
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