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Denzel Dumfries y Lautaro Martínez reflejaron en diez minutos de inspiración la distancia que separa a un recién ascendido como el Cagliari y a un aspirante al título como el Inter, que alargó su pleno de victorias. Dos partidos y dos victorias lleva el cuadro de Simone Inzaghi con el Scudetto como objetivo prioritario en este curso. Es un puñado de equipos, desde el Milán al Verona, pasando por el Nápoles y el propio Inter, los que presumen de pleno. Pero solo el conjunto nerazzurri está imbatido. Es el único que no ha encajado gol en los 180 minutos sobre el terreno de juego.
Tal y como sucedió en su debut, el Inter ganó por dos goles de diferencia. Lo hizo en San Siro hace una semana frente el Monza. Ahora sacó adelante, con solvencia, pero sin aspavientos su visita al campo del Cagliari, de vuelta a la Serie A. Quería el equipo de Claudio Rainieri mantener la buena imagen de su reestreno, cuando empató frente el Torino, pero no pudo, por primera vez en doce años, estar invicto en los dos primeros partidos de la temporada.
Le costó reaccionar al Cagliari al tanto encajado a los 21 minutos y que llegó de un buen pase de Marcus Thuram, que hizo mejor Dumfries que disparó a la esquina izquierda, pegado al palo, y abrió el marcador. Aun así, mantuvo el ímpetu el equipo local que tuvo su gran ocasión tres minutos más tarde, en un remate de Nahitan Nández que sacó un defensa cuando parecía gol. Acabó en saque de esquina.
Desperdició su ocasión el conjunto de Rainieri y no dejó pasar la oportunidad el Inter que amplió su ventaja con el gol de Lautaro. Una buena finalización individual tras recibir el balón de Federico Dimarco, al que no pudo llegar Boris Radunovic. Bajó el ritmo, decayó, tras el intermedio. Los cambios dejaron el choque sin continuidad y el Cagliari, poco a poco, empezó a pensar en otra cosa. Pudo ampliar su ventaja aún el cuadro de Milán, a cuatro minutos del final, en una ocasión de gol de Hakan Calhonoglu que hizo temblar el poste.