Un gol de Jordi Alba en el minuto 85 amarró un poco más LaLiga para el Barcelona, que sufrió de lo lindo para derrotar a un Osasuna plagado de suplentes y que jugó más de una hora con un hombre menos. Los azulgranas siguen descontando los días para cantar el alirón de un campeonato al que ya solo le quedan cinco jornadas para el final y en el que le sacan, provisionalmente, 14 puntos al Real Madrid. Hoy, con una dosis más de drama, volvió a resolver por la mínima, pese a ser muy superior a su rival durante todo el partido.
Xavi repitió el once que goleó al Betis y Jagoba Arrasate alineó un equipo con nueve caras nuevas pensado en la final de Copa del próximo sábado -la segunda que disputa en toda su historia- ante el Madrid. El técnico de Osasuna puso como titulares al Chimy Ávila y Torró, para que cogieran ritmo después de la lesión, y apostó por tres jugadores del filial como Diego Moreno, Herrando e Iker Benito.
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Un equipo de circunstancias con el que consiguió sobrevivir en el Camp Nou durante 85 minutos. Y eso que, en el 27’, el árbitro expulsaba con roja directa al debutante Herrando por derribar a Pedri cuando se marchaba solo, dispuesto a ganarle el mano a mano a Aitor Fernández. Durante este primer acto, el Barça dominó a placer, pero apenas creó ocasiones claras de gol. El equipo azulgrana apostaba toda su ofensiva a la velocidad de Balde por banda izquierda, la clarividencia de Pedri entre líneas y la omnipresencia de De Jong en la medular, pero le faltaba pulcritud en los metros finales.
Un remate desviado dentro del área de Pedri a centro de Balde, un lanzamiento de falta de Raphinha que se marchó rozando la escuadra izquierda de la portería de Aitor Fernández y un cabezazo alto de Araújo a la salida de un córner fue lo más destacado de la ofensiva local. Además, el Barça perdía a los 36 minutos a Gavi, que era reemplazado por Ansu Fati por molestias en el aductor de su pierna derecha.
Osasuna, bien replegado atrás, no dejaba maniobrar con comodidad a su rival, aunque solo pudo acercarse a la meta de Ter Stegen con dos tímidos lanzamientos desde la frontal de Ibáñez y Torró que no encontraron puerta. El guion del partido hubiera cambiado al inicio de la reanudación, si Ansu Fati hubiese rematado a gol tras recibir un balón de Lewandowski, pero Aitor Fernández se anticipaba bien para tapar el disparo. El meta de Osasuna volvía a aparecer diez minutos después para enviar a córner un remate a bocajarro de De Jong. Y Ansu Fati, a encontrarse con Aitor Fernández.
Un recién ingresado Dembélé, que remataba fuera solo frente al portero de Osasuna cuando solo tenía que empujarla entre los tres palos, avisaba de nuevo para el Barça. También Lewandowski, a quien Aitor Fernández le sacaba una mano a un disparo seco y ajustado al poste derecho poco después. Faltaban veinte minutos y la ansiedad empezaba a apoderarse del equipo de Xavi. Osasuna quiso jugar con eso y también con alguna imprecisión de Ter Stegen en las salidas del balón. Pero el Barcelona empezaba a oler la Liga y ponía cerco a la portería rojilla aún con veinte minutos por disputarse.
Un despeje de Aitor Fernández rebotaba en Ferran Torres y casi acababa en el 1-0 e Iglesias Villanueva anulaba un gol de Lewandowski por fuera de juego previo de Ferran. Hasta que, a falta de cinco minutos, Jordi Alba, que hacía pocos minutos que había entrado en sustitución de Balde, controlaba un balón colgado al área que De Jong había bajado para que este lo recibiera en el vértice izquierdo del área y sorprendiera a Aitor Fernández con el exterior de su zurda. El tanto del lateral de L’Hospitalet desataba el delirio en el Camp Nou y certificaba el título.