Un gol de Pedri en el minuto 82 y otro de Ferran Torres en el tiempo añadido dieron la victoria al Barcelona ante el Cádiz, en su estreno en LaLiga EA Sports en el estadio Olímpico Lluís Companys, donde el conjunto azulgrana tuvo que sudar de lo lindo para doblegar al equipo andaluz, que hizo un partido muy serio atrás y que también tuvo sus ocasiones para puntuar. Xavi, en la grada al estar sancionado por su expulsión en Getafe, solventó la baja por lesión de Araujo retrasando la posición de Frenkie de Jong para formar pareja con Christensen en el eje de la zaga y desplazando a Koundé al lateral derecho. Y apostó por el joven Lamine Yamal para reemplazar al sancionado Raphinha en el extremo derecho.
El punta de Esplugues de Llobregat, que a sus 16 años ya se destapó en el mismo escenario en el Trofeo Joan Gamper ante el Tottenham hace pocos días, volvió a demostrar su desparpajo y fue el más destacado de la ofensiva local en la primera mitad. Ya en la primera aparición de Yamal, Muñoz Ruiz pudo haber pitado penal de Javi Hernández, quien empujó al canterano azulgrana cuando este ya le había superado y ganaba la línea de fondo. Y justo ante de la media hora, el punta del Barça tuvo la primera ocasión clara del partido con un disparo cruzado de rosca con la zurda que Ledesma mandó a córner cuando el balón se colaba por la cepa del poste derecho de la portería visitante.
Solo hubo dos ocasiones de gol más en este primer acto, una para cada equipo. La primera, a los 34 minutos en un remate a bocajarro de Koundé, que cazó en el área un centro de Pedri llegando desde la segunda línea y que volvió a encontrarse con la manopla de Ledesma. Y la segunda, en la jugada siguiente, un mano a mano de Roger con Ter Stegen, que le aguantó en el uno contra uno después de que el delantero del Cádiz le robara la cartera en el centro del campo a Balde, que cerraba como último hombre en la zaga azulgrana y que ya no pudo ganarle la carrera a su adversario.
El Barcelona dominó esta primera parte con claridad, pero le faltó precisión en el último pase, algo siempre necesario para sorprender a un equipo como el de Sergio González, que defiende en bloque bajo, con las líneas muy juntas y concede muy pocos espacios al rival. El guion del partido no varió tras la reanudación. El Barça lo fiaba todo al desequilibrio de Lamine Yamal y Balde por banda y ponía cerco, sin acierto ni fortuna, a la meta defendida por Ledesma.
Gavi cabeceó al larguero a la salida de un córner, pero fue el Cádiz el que tuvo las dos más claras cuando el choque ya pasaba de la hora: una contra tras una pérdida de balón de Lewandowski, que Alcaraz, muy forzado, remataba desviado, y una internada de Chris Ramos, que superaba a Christensen y disparaba fuera sobre la salida de Ter Stegen. El dominio local era estéril, el Cádiz cada vez se sentía más cómodo y le costaba menos hacer daño a su rival con rápidas transiciones y el nerviosismo empezaba a aparecer en el conjunto azulgrana.
Xavi escogía a Ansu Fati y Abde como revulsivos sacrificando a Gavi y Balde, y el Barcelona se reactivó algo en ataque. Abde, con un tiro seco obligaba a lucirse de nuevo a Ledesma tras la pausa de hidratación, pero el tanto del Barça seguía sin llegar. Hasta que la magia de Pedri apareció en el 82’. El canario agarró un balón en la línea de tres cuartos, tiró una pared con Gündogan y se lanzó a rematar el esférico tras infiltrarse en la zaga rival y adelantare a la salida de Ledesema. La recta final tuvo de todo: un gol anulado a Ansu Fati por fuera de juego de Lewandowski, un remate alto de Machís dentro del área en el último minuto del tiempo reglamentario que hubiese supuesto el empate y la puntilla de Ferran Torres, en el añadido, con el Cádiz ya volcado.