El Madrid volvió a la senda de la victoria contra la UD Las Palmas en un partido que pareció que se le atascaba en la primera mitad por la falta de puntería -hasta 17 disparos sin gol-, pero que acabó cerrando de forma plácida tras el tanto de Joselu en el minuto 54 que doblaba la ventaja del logrado por Brahim Díaz justo antes del descanso. Solo dos días de descanso tras la dolorosa derrota 3-1 en el derbi contra el Atlético de Madrid, pero dio tiempo a que la crítica respecto a la concentración defensiva de sus jugadores por parte de Ancelotti calara en el vestuario.
Tras encajar cinco goles en los 11 minutos iniciales de primeras y segundas partes en los siete partidos precedentes, contra la UD Las Palmas el problema no estuvo en un apartado defensivo en el que Kepa apenas tuvo que intervenir y la única mala noticia fue la lesión muscular del austríaco David Alaba, que deja a Ancelotti con solo dos centrales -Antonio Rüdiger y Nacho Fernández- para afrontar tres partidos en los próximos siete días antes del parón.
El deber del Madrid volvió a estar en la parcela ofensiva, donde acusó de nuevo la falta de puntería. Hasta 18 disparos, ocho de ellos a puerta, necesitaron los jugadores madridistas para inaugurar el marcador de un partido del que fue el claro dominador. Ocasiones claras en una primera mitad en las que el guardameta visitante, Álvaro Vallés, firmó una gran noche en un gran escenario, y se convirtió en el primer portero con más paradas de LaLiga. Haciendo gala de una gran colocación y rapidez, el guardameta amargó a unos Rodrygo y Joselu que atraviesan momentos de dificultad de cara a puerta.
El último dio incluso síntomas de desesperación. Cuatro mano a mano en los últimos diez minutos de tiempo reglamentario de la primera mitad y los cuatro sin premio. El internacional español abrió los brazos en un gesto reflejo de un pensamiento: “¿Qué más puedo hacer?” Pero su insistencia le acabó recompensando. Y ante las dudas, apareció Brahim, que, en su primera titularidad, se estrenó en su vuelta al Madrid. Centro de Lucas Vázquez desde la derecha, que salió al campo en el minuto 41 para sustituir a Alaba, que Brahim controló y se tomó la calma necesaria para ponerla en la escuadra; donde ya Álvaro Vallés no tuvo más remedio que sucumbir.
Y después de 18 remates para hacer un gol, el Madrid marcó en el primero que tuvo en la segunda mitad. Lo hizo Joselu, que puso fin, con un gran testarazo, su especialidad, a los 15 disparos sin gol que había acumulado. Lo logró al aprovechar la asistencia de un Rodrygo que, en su caso, no pudo romper la suya y suma ya 31 remates sin ver puerta; no lo hace desde el 12 de agosto, en la primera jornada. Un gol que dio tranquilidad a un Real Madrid que siguió recibiendo buenas noticias. Vinícius volvió a jugar tras perderse los últimos cuatro partidos por una lesión muscular. Atronadora ovación del público del Santiago Bernabéu a su futbolista referencia.
Un Vini que estuvo rápido, encarador, como si no se hubiera lesionado. Y esto fue lo mejor para el Madrid en una media hora final de partido en la que soltó el pie del acelerador, dosificándose con la pelota y con el dominio del juego ante la carga de partidos. Siguió sin sufrir atrás frente a una UD Las Palmas que acusó las rotaciones y que tras lograr su primera victoria de la temporada el domingo se fue de vacío del Bernabéu. Por su parte, el Madrid logró una victoria que le coloca segundo, por delante del Barcelona, pero aún por detrás de un Girona que remontó su partido en Villarreal y que cerrará la séptima jornada como líder de la competición justo antes de recibir a los de Carlo Ancelotti.