La liga saudí de fútbol arranca el viernes tras un desaforado gasto en jugadores que atrajo la atención mundial durante el mercado de pases en Europa.
Cientos de millones de dólares provenientes de la inmensa riqueza petrolera del reinado han sido destinados para impulsar la ambición de la Pro League de convertirse en un torneo de jerarquía. Aproximadamente 1.000 millones de dólares fueron rechazados cuando Lionel Messi y Kylian Mbappé declinaron ser parte del éxodo.
Ahora es el momento de ver el fútbol, de ver lo que Karim Benzema, Sadio Mané y Riyad Mahrez, recientes campeones de la Liga de Campeones, pueden aportar. Los tres le siguen los pasos a Cristiano Ronaldo, cuyo fichaje en enero abrió las compuertas.
La liga anunció a mitad de semana una serie de acuerdos para la emisión del torneo de 18 clubes en 130 países. Estados Unidos no fue incluido.
“El mundo entero tendrá asientos de primera fila para ser testigo de la transformación del fútbol saudí”, dijo Saad Allazeez, el CEO interino de la liga.
Tres de los nueve partidos en cada fecha serán transmitidos en Gran Bretaña y Alemania en las plataformas del servicio de streaming DAZN, el Canal+ en Francia de TV paga y cinco distintas organizaciones en China.
En Norteamérica, DAZN cuenta con los derechos en Canadá y TV Azteca en México. Los reportes de video de la liga serán distribuidos por SNTV, con sede en Londres que es un proyecto conjunto entre The Associated Press y la agencia de representación IMG.
La adquisición de Cristiano por parte del club Al Nassr fue un aviso de las intenciones de la liga, aunque el astro portugués está por cumplir 38 años. También fue una opción de salida tras el deterioro de su vínculo con el Manchester United en la antesala de la Copa Mundial.
El gran golpe se hizo sentir a comienzos de junio cuando Benzema, el reinante Balón de Oro, tomó la decisión de irse del Real Madrid al cabo de una gloriosa etapa de 14 años, firmando con Al Ittihad.
Ese fichaje acaparó titulares en el último fin de semana de las ligas europeas, y fue el anticipo de la dimensión del proyecto futbolístico de los saudíes que se anunció al día siguiente.
Con 7.000 millones de dólares de la fortuna petrolera saudí, el Fondo de Inversión Pública anunció que tomaría el control del 75% de las acciones de cuatro clubes y alentó a que “las corporaciones y organizaciones del sector público” invirtieran en los clubes.
Esencialmente fueron nacionalizados los clubes de las ciudades más grandes, Riad y Yeda: Al Nassr, Al Ittihad, Al Hilal (el club campeón de Asia en 2019 y 2021 que estuvo detrás de Messi y Mbappé) y Al Ahli.
“La Pro League recibirá el respaldo en su ambición de convertirse en unas de las diez principales ligas del mundo”, anunció la agencia nacional de noticias.
El príncipe heredero Mohammed bin Salman, director del fondo de inversión pública, ha invertido a manos llenas en el deporte global, todo dentro de sus planes de diversificar la economía petrolera de Arabia Saudí para 2030. Es algo que también es visto como una manera de lavar su imagen y la del reino por su historial de derechos humanos.
Aunque el fondo de inversión pública no ha logrado comprar la influencia en el fútbol como la he hecho en el golf, ha podido fichar a muchos jugadores — no todos en el ocaso de sus carreras — con dinero que no podía ser ofrecido en otros lares.
Los mayores montos pagados en fichajes, hasta de 60 millones de dólares, han sido por jugadores de menor cartel que firmaron con Al Hilal: Malcom de Zenit San Petersburgo, Rúben Neves de Wolverhampton, y Sergej Milinković-Savić de la Lazio. De momento, la Liga Premier inglesa y la UEFA — organizadora de la Liga de Campeones — no ven una amenaza.
Se dice que Cristiano cobra un salario anual de 200 millones de dólares y el de Benzema es de 100 millones. Fueron las grandes adquisiciones como agentes libres, pero la liga no ha ha logrado atraer a un técnico de renombre.
Steven Gerrard dirigirá a Ettifaq, pero sus bonos se vinieron abajo tras ser despedido por Aston Villa el año pasado e inicialmente había descartado la oferta saudí.
Abha contrató al polaco Czesław Michniewicz, quien no renovó como seleccionador de su país tras una deslucida Copa Mundial.
Slaven Bilic, ex de West Ham y la selección de Croacia, fue contratado por Al Fateh el mes pasado. Regresa a Arabia Saudí tras haber sido despedido en 2019 por Al Ittidad. Un juez de la FIFA intervino para otorgarle a Bilic una compensación de 15 millones de dólares por salarios que el club había reclamado.
La atracción no es solo el dinero. Benzema, Mané y Mahrez han mencionado la importancia de jugar un país con fe musulmana.
“Mi madre es musulmana como yo”, dijo Mané esta semana. “Fue la primera que votó a favor que me fuera, y toda mi familia está encantada de venir acá, así que no fue tan complicado”.
Mané es uno de cuatro jugadores del Liverpool que conquistó la Liga de Campeones en 2019, junto a Roberto Firmino, Fabinho – el más joven con 29 años — y el capitán Jordan Henderson, quien ha sido el más criticado porque en el pasado ha manifestado su apoyo a la comunidad LGBTQ+. Arabia Saudí es un país que criminaliza las relaciones entre personas del mismo sexo
En un evento de la liga esta semana, Henderson señaló que lo que más la cuesta para adaptarse es el clima.
“El calor es muy fuerte y ha sido muy difícil adaptarse, pero me me ido bien en los entrenamientos”, dijo Henderson. “Lo disfruto y trato de vivir esta experiencia distinta, esta cultura y manera de vivir y jugar el fútbol”.
Se prevén temperaturas de 40 grados Celsius (104 Fahrenheit alrededor de las 6 de la tarde, hora señalada para tres de los nueve partidos este fin de semana.
Henderson y Ettifaq recibirán a Cristiano y Al Nassr.
El partido inaugural el viernes será Al Ahli-Al Hazm, uno que acabará minutos antes del inicio de la Liga Premier con el enfrentamiento entre el campeón Manchester City frente a Burnley.
Mahrez, Firmino y Edouard Mendy, exarquero de Chelsea, harían sus debuts con Al Ahli.
En Arabia Saudí, la liga también sirve como escenario para que su talento nacional se consolide tras la sorprendente victoria 2-1 ante Messi y la eventual campeona Argentina en el último Mundial.
“Sí, queremos tener una liga que nos haga sentir orgullosos, brindar entretenimiento a todo el mundo”, dijo el presidente de la federación saudí de fútbol, Yasser Al Misehal. “Pero también tiene que ayudar a la ambición de la selección nacional en este momento y a futuro”.