Este 2 de junio, Sebastián Villa fue declarado culpable y condenado a 2 años y un mes de prisión, luego de que se conociera la sentencia por parte de la jueza Claudia Dávalos en el caso que se llevaba en contra del jugador de Boca Juniors por “lesiones leves agravadas por mediar violencia de género y amenazas coactivas“ a su expareja Daniela Cortés.
Si bien el futbolista colombiano no tendrá que ir a prisión al ser una condena que no supera los tres años, tal y como lo indica la ley de Argentina, Villa sí deberá cumplir con una serie de requisitos durante un tiempo para no ser detenido y llevado a prisión.
No obstante, la pesadilla de Villa hasta ahora comienza. Aunque en medio de todo esta sentencia por parte de la justicia argentina en el caso contra Cortés le permite no tener que pagar su pena detrás de las rejas, lo cierto es que al jugador de Boca Juniors, quien ya no será tenido en cuenta por parte del cuerpo técnico para lo que resta de la temporada, ahora tendrá que afrontar en el mes de diciembre un juicio aún más grave por los delitos de violencia de género, abuso sexual y tentativa de homicidio, y que de llegar a recibir el mismo veredicto podría recibir una pena de hasta 15 años.
¿Cuál es el caso de abuso sexual que enfrenta Sebastián Villa?
Tal y como se informó en su momentos por parte del diario La Nación de Argentina, Rocío Tamara Doldán radicó una denuncia en contra de Villa ante los tribunales de Lomas de Zamora (Buenos Aires, Argentina). Esto debido a unos hechos que se habrían presentado el 26 de junio de 2021 después de una fuerte discusión entre ambos durante un asado en donde estaban presentes varios de sus compañeros de Boca Juniors en una casa de un barrio cerrado en la localidad de Ezeiza y que estaba ubicada muy cerca del domicilio del colombiano.
De acuerdo al testimonio de Tamara, recopilado por el medio de comunicación argentino TN, ambos se conocieron en el 2020 y, a partir de ese entonces, comenzaron una relación que le permitió a la mujer compartir una gran cantidad de momentos y conocer “su entorno más íntimo, como lo son los familiares, amigos, y compañeros de su club de futbol”.
Asimismo, Tamara aseguró que así como sucede en cualquier relación, esta tuvo sus “idas y vueltas” y agregó que cuando tenían alguna discusión “Villa se mostraba como “una persona sumamente violenta y agresiva”. No obstante, previo a lo sucedido en el mes de junio del 2021, este “solo había ejercido sobre mí violencia verbal, por lo regular, adjetivándome con palabras descalificantes”.
¿Qué sucedió el 21 de junio del 2021 entre Villa y Tamara?
Según la denuncia interpuesta por Tamara, todo se desencadenó sobre las 10 p.m. cuando Villa, en estado de alicoramiento, y por una escena de celos “comenzó a elevarme el tono de su voz y en consecuencia a ponerse más violento de lo habitual, razón por la cual, dicha circunstancia hizo que nos retiráramos de la casa/quinta en donde se realizó el asado”. Esto llevó a que ambos se dirigieran al domicilio de Villa, donde continuaron departiendo con otras personas invitadas por un amigo del colombiano.
Fue justo cuando todos se habían ido y que Villa y Tamara se habían dirigido a dormir que la situación empeoró. Luego de una serie de caricias, “de repente se pone violento, me aprieta con fuerza la mandíbula y la nuca, me pega una cachetada y me dice ‘¿te gustaron mis compañeros?’. En ese momento me pongo realmente mal y comienzo a llorar y le digo: ‘Pará, Sebastián, ¿qué hacés?’”, agregó.
Momento del abuso
Aunque Tamara pensó en irse, ella decidió seguir acompañando a Villa por petición de él. Sin embargo, todo siguió empeorando, pues el futbolista volvió a reaccionar de manera agresiva al apretarle devuelta la mandíbula y a morderle los labios de manera violenta, tras una serie de caricias y que este le secara las lágrimas: “En esos momentos pensé que pretendía matarme”.
Acto seguido, Tamara decide vestirse, pero Villa insiste en que se quede y “se dirige hasta la puerta para cerrarla, no pudiendo recordar en este momento si la puerta tenía traba y/o llave, pero pudiendo reconocer el gesto y el sonido de la puerta trabándose”.
De acuerdo a la declaración de Tamara, Villa se tornó aún más violento y luego de una serie de movimientos “me tiro a la cama, me saco parcialmente el pantalón -no todo-, él se bajó su bóxer un poco -no todo- y comenzó a penetrarme con su miembro de forma violenta: mientras yo intentaba liberarme agitando desesperadamente los brazos y tirándole manotazos al cuerpo”,
Y agregó: “El denunciado comenzó a abusarme, propinándome algunos golpes, y tapándome la boca con su mano, momento en el cual yo le realice algunos rasguños producto de querer salir de esa situación. Me abuso, en principio de frente y terminó poniéndome boca abajo, casi sin dejarme respirar”, razón por la que, sumado a la fuerza de Villa, Tamara se fue quedando sin fuerzas. “Ese tormento que pareció eterno cesó cuando el señor Villa eyaculó dentro mío“.
¿Qué vino después?
Descontrolada por lo que había acabado de sufrir, Tamara tan solo pensaba en salir de la casa, pero de acuerdo a la denunciante, este no se lo permitió hasta que se calmara. “El abusador solo intentaba manipularme, acomodándome el pelo, refiriéndome de manera constante que él me quería, que me calme, que no podía salir en ese estado de la habitación, el absolutamente convencido de que yo estaba enamorada de él”.
Tamara decidió llamar a una amiga, quien la ayudó y la acompañó en todo momento hasta que pudo abandonar la casa de Villa. Asimismo, luego de haber tenido que pasar por el hospital por los dolores que sufría, Tamara aseguró que “como vio que no lo estaba perdonando, Sebastián me comenzó a decir que con cuánta plata se resuelve y le explicaba que no se resolvía con plata, que yo no necesitaba plata”.
Villa aún tendrá un largo tiempo para pensar en lo que se le viene en este nuevo caso por el que podría llegar a recibir una condena de entre seis a 15 años de prisión, no excarcelable, y que con este más reciente precedente que se dio en el caso contra Cortés, el colombiano podría llegar a correr la misma suerte. Esta vez con consecuencias mayores. Sin embargo, será la justicia argentina la que tendrá la última palabra.