El buen juego siempre va de la mano de un buen entrenador. El Deportivo Pereira ha sabido entregar gratas sorpresas en los últimos meses y no es de extrañarse. Ha caminado por la gloria del fútbol colombiano y ahora deja buenas sensaciones a nivel internacional en la Copa Libertadores. Todo, de la mano de Alejandro Restrepo.
El entrenador atiende a Claro Sports en un diálogo abierto y ameno. Lejos de darse todo el crédito, el medellinense reconoce que su proyecto ha dado frutos gracias a la intervención de sus colaboradores, el compromiso de los futbolistas y el aliento de la hinchada Matecaña. Siente que está más preparado que nunca para luchar por los objetivos principales, así los resultados recientes no hayan sido los mejores.
Avanza su proyecto con el Deportivo Pereira, hoy en Copa Libertadores. Tal vez, no con los mejores resultados, pero mostrando buen juego siempre, ¿no?
“Sí, creo que hemos iniciado bien. Un empate en casa que nos dejó ese sabor de que pudo haber sido un poco más, haber ganado el partido contra Colo-Colo. También con nuestro regreso de Argentina y un partido en La Bombonera, donde estamos conformes por lo hecho durante los 90 minutos. Lastimosamente, en el tiempo de adición, sentimos el rigor de estar jugando con un hombre menos y de la reacción que tuvo el equipo rival. Es una lástima no tener más puntos en la tabla porque, como tú lo dices, ha expresado un buen juego”.
¿Cómo vivió el partido en La Bombonera? Es un estadio mítico, del que se dice que no tiembla, sino que late, que mete presión…
“Este es un equipo que durante la semana se entrena tan bien, que uno ve que hay aplicación en cuando a los conceptos, que muestra que compite con solidez en lugares como el Atanasio Girardot lleno en una final, en el Hernán Ramírez o en estadios de Colombia donde no es tan fácil ir a jugar. Este grupo, generalmente, muestra una buena postura y mucha personalidad. La experiencia de algunos de nuestros futbolistas hace que todo se vaya transmitiendo. Los días previos y el día del partido, yo sentía que el equipo iba a hacer una muy buena presentación. Uno sabe, obviamente, que no es lo mismo competir allí, por todo lo que significa, pero lo vivimos con mucha tranquilidad. Sabíamos del momento deportivo actual de Boca Juniors y que podíamos hacer un gran juego. Lo analizamos bien con nuestros analistas. La información que les dimos a los jugadores fue lo que pudieron vivir adentro tácticamente y pudimos mostrar un plan de juego que pudimos llevar a cabo durante la mayor parte del partido. Eso nos permitió vivirlo con traquilidad, competitividad y alegría. Yo sentí que el equipo disfrutó en todo momento del partido y el fútbol al final puso resultado”.
¿Dónde se perdió el partido? ¿Qué pesó más entre la expulsión, el ambiente y el tiempo añadido?
“El ambiente estuvo antes durante y después del partido. Esa es una hinchada que no para de alentar, que, cuando iban perdiendo el partido, más duro gritó. Antes de que nosotros estuviéramos arriba, también había mucha presión para ellos. Al final, el partido se juega en la cancha. Mientras el partido estuvo 11 contra 11, más allá de que ellos convierte antes de que expulsen a Maicol Medina, venía siendo parejo y muy bien controlado de parte nuestra. Pesó estar con uno menos los 10 minutos de más que se jugaron porque ya no podíamos hacer cambios. Eso hace que empieces a sufrirlo más y que el rival vaya tomando confianza y a ganar la pelotas divididas. Lo ganaron ellos en el último balón”.
¿Qué sensaciones tiene para el partido contra Boca Juniors en Pereira? ¿Hay con qué ilusionarse con ganarle y sumar tres puntos que eleven al Pereira en el objetivo de clasificar?
“Es nuestra obligación como equipo. Salir acá, en condición de local, y mirarlos a ellos a los ojos. No podemos olvidar que antes de Boca Juniors recibimos a Monagas en la tercera fecha y es un partido fundamental en la búsqueda de la clasificación a lo octavos de final, sacando diferencia a un rival directo y haciéndonos fuertes en casa. Primero tenemos que resolver el de Monagas. Ahora mismo, nos corresponde enfocarnos en tres partido de la Liga BetPlay Dimayor que tenemos y que eso nos sirva como preparación y motivación, haciendo los puntos necesarios para meternos dentro de los ocho. Que eso nos dé un impulso para enfrentar a Monagas ya con una buena posición en la tabla y por lo que nos hemos propuesto, que son los dos campeonatos”.
Ahora visitan a América de Cali y es un partido difícil. La buena noticia es que están a dos puntos del octavo…
“Tú sabes que el torneo colombiano es muy parejo. Estar en esa posición es gracias al trabajo que hemos hecho y los puntos que hemos ido sumando. El lunes tenemos una gran oportunidad en Cali, pero sabemos que va a ser un partido difícil por la calidad del rival y el momento que vive. Es de esos partidos lindos que uno siempre quiere jugar ante un grande. Ojalá podamos estar a la altura y sacar un buen resultado para estar bien ubicados en la tabla de cara a todo lo que falta”.
No le pregunto por el objetivo principal, porque yo sé que usted es un técnico que siempre aspira a lo más alto y me va a responder que hay que estar en octavos de la Copa Libertadores, ¿pero cuál sería el objetivo mínimo teniendo en cuenta la situación actual del grupo, con dos partidos jugados y un punto? ¿Una clasificación a Copa Sudamericana para jugar el repechaje sería un objetivo aceptable dentro de sus aspiraciones?
“Tú lo has dicho. Yo creo que el grupo está abierto. Van dos fechas, estamos a tres puntos del primero, debemos enfrentar a los dos que van en la parte alta de la tabla y entre ellos se tienen que enfrentar. Mientras se tenga la oportunidad de llegar a la última fecha con opción, uno se aferra a ella. Lo más importante ahora es aprovechar todos estos días que tenemos para preparar el siguiente juego de local, que ahí sí tenemos que hacer diferencia. Ahí podríamos hacer un análisis más detallado. Al ser dos los que clasifican a octavos de final, todavía es muy pronto para decir que no podríamos clasificarnos. El grupo es parejo en puntos y en juego, ya se ha visto en los cuatro partidos que se han jugado. Nadie se ha sacado grandes diferencias”.
He visto algunos debates recientes en televisión y me he encontrado una opinión recurrente sobre los arbitrajes. Hay gente molesta cuestionando por qué a equipos argentinos les ponen árbitros uruguayos y viceversa. ¿Usted se siente cómodo con eso?
“Uno siempre apela a la buena fe y al fair play. Eso no tendría por qué ser un tema de nacionalidades. Creo que quien arbitra, que además juega, porque para mí los árbitros son parte activa de un partido y con sus decisiones pueden cambiar el rumbo de muchas cosas, saben lo mucho que se juega el grande y el que no lo es tanto. Yo no lo llevaría hasta ese debate. Al final, todos somos sudamericanos. Obviamente, por especulaciones, no se puede un árbitro del mismo país, pero después de ahí, lo que uno pide es que haya equilibrio y juego limpio”.
A mí me sorprende el caso suyo. Usted lleva mucho trabajando en esto, pero, a nivel de primera división, se podría decir que usted lleva relativamente poco en comparación a otros directores técnicos que llevan años y años intentando. Usted llega y da en el clavo de una, tanto con Atlético Nacional como con Deportivo Pereira. ¿El éxito de sus proyectos va más por el lado emocional y motivacional que puede imprimirle a sus grupos o es algo más técnico y de conocimiento?
“Yo pienso que un equipo realmente motivado va muy de la mano con la información que su cuerpo técnico le logra entregar. Cuando hablo de información, hablo meramente del juego. Tengo la fortuna de haberme preparado y de entender el juego. En mis manera, creo que he mejorado la parte metodológica para hacerles entender a mis futbolistas lo que deben hacer en el campo a través de tareas de entrenamiento. Cuando un equipo nuestro va al campo, tiene la información correcta de qué debe hacer para competir un partido. Después, ganar o perder depende de los goles. También tengo la fortuna de contar con Giuliano Tiberti, un asistente como muy pocos en el fútbol colombiano, que también entiende el juego, que es un enfermo por la táctica y por entrenar. Tenemos también a Walter Rivera, que es un preparador físico top, formado durante más de 15 años en Atlético Nacional y con una experiencia tremenda. Dentro de esa conjunción de juego, recuperación, preparación y la parte atlética, tenemos una buena mezcla. Después, ganar también tiene un poco de mística y depende cómo asumes esos partido definitivos. Eso tiene que ver mucho con la comunión con la hinchada y un poquito con la suerte que hay que tener para que una pelota pegue en el palo y vaya adentro. De lo que yo siento más orgullo es que estoy ajustando ya los 100 partidos como entrenador profesional. Siento que estoy mejorando, dando pasos al frente y eso nos hace más competitivos a todos los niveles, en lo local y en estas grandes oportunidades a nivel internacional”.
Hablando de Giuliano Tiberti, tuvo un encontronazo con Luis Advíncula en La Bombonera. ¿Lo empujó, no?
“No, una jugada de partido. Como todo queda ahí, tan cerca, tan pegado, un balón que sale y él estaba ahí parado. Se vio como si hubiese pasado algo, pero no. El árbitro lo reconvino, lo amonestó y no pasa nada”.
Volviendo al otro tema, es que es muy complicado. Usted acaba de ser campeón con el Pereira, pero el equipo se le desarmó. Y sí, a usted le trajeron nuevos elementos, pero volver a encajar las piezas generalmente necesita de tiempo y al Pereira no se le ha visto mal…
“Tú has dicho un par de palabras que yo tengo mucho en mi léxico en cuanto al liderazgo que uno debe tener como entrenador: encajar piezas. Cómo uno, a través de la selección de los hombres que buscamos para que llegaran, ve características que pueden aportar al ideal de juego. Después, cuando ya están en el equipo, cómo hacer para que las relaciones entre ellos aporten al juego colectivo. Es un tema de decidir quiénes juegan con quiénes y cómo darles participación a muchos para que estén motivados y puedan brillar. Hay un trabajo que hacemos en comunión con los futbolistas de mayor experiencia y los más jóvenes, que son fundamentales porque dan atrevimiento y permiten cubrir otros espacios”.
¿Le trajeron todo lo que pidió? ¿Quedó conforme?
“Hay que analizar que tuvimos un mercado muy difícil. No pudimos fichar sino hasta que salimos campeones. Muchos equipos, incluidos los grandes, se reforzaron ya estando eliminados. Nosotros fuimos campeones el 7 de diciembre y el mercado lo empezamos después del 10. En ese momento se nos empezaron a ir jugadores, entonces fue complicado. En ese momento hubo muy buen diálogo con la dirección deportiva y la presidencia que estaba en ese momento. Pudimos hacer un equipo competitivo. Más allá de los nombres, creo que lo importante son los hombres que han llegado con la ilusión de brillar en este club”.
Es que se fueron hombres muy importantes del título, pero uno que pesó muchísimo fue Leonardo Castro. ¿Cómo fue ese tema? ¿Ya era una decisión tomada o hubo puja para que se quedara?
“Yo creo que ya es muy difícil a esos niveles. Ofertas como la que seguramente Leo tuvo de Millonarios y de muchos otros equipos, porque seguro lo querían de Colombia y del exterior. Ante la oportunidad de la persona de mejorar a todo nivel, es muy difícil. Lo único que yo siento por Leo es admiración, gratitud por todo lo que nos aportó. Es un tremendo profesional. Acá me encontré todo lo contrario a lo que se escuchaba de él en otros momentos. Es una persona intachable, que entregó todo por esta camiseta y que es hincha del Deportivo Pereira. Nunca opuso todo para entregar lo máximo. De 28 partidos, jugó 26, dos no pudo por sanción y metió 15 goles. ¿Qué le vamos a reprochar? Hoy, está viviendo una oportunidad que seguramente él soñó y, como muchos de nuestros futbolistas, emigraron para seguir conquistando sueños. Ojalá que nosotros tengamos la sabiduría y la capacidad para que quienes han llegado también puedan potenciarse con nuestra idea, trabajo y liderazgo”.
¿Cómo ve el nivel actual del fútbol colombiano? Particularmente, yo he visto que este semestre se viene perdiendo menos tiempo y jugando a un ritmo más atractivo. Por otro lado, uno ve procesos de años como el de Millonarios y otros sorpresivos como los de Águilas Doradas y Boyacá Chicó.
“La información que va llegando con las nuevas generaciones de entrenadores y la forma en que los jugadores van captando que hoy hay que prepararse a otro ritmo, va haciendo que la Liga adquiera competitividad. A eso hay que sumarle la experiencia de técnicos que llevan 10 o 15 años y conocen bien el campeonato. Seguramente en los cuerpos técnicos hay gente mejor preparada y dentro de los futbolistas hay hombres más conscientes. Estamos haciendo que nuestro fútbol crezca. Lo que yo hoy veo del Deportivo Pereira, Atlético Nacional e Independiente Medellín en Copa Libertadores es que se está a la altura de la competición. Vamos a lugares donde se compite a otro ritmo y con otro balón, que no estamos ni siquiera acostumbrados… desde ese detalle del balón ya se juega a otra velocidad porque es más liviano. Si vamos a la Copa Sudamericana, creo que también se está compitiendo a buen nivel. Esperemos que de cara a las siguientes fases podamos estar a la altura, porque también es un reto. Hay que jugar partidos cada tres días, hacer vuelos internacionales que gastan de uno a dos días por trayecto. Ojalá todos tengamos las plantillas para soportar y que los futbolistas entiendan lo importante de los procesos de recuperación”.
Profesor, esa es la parte positiva, pero estamos viendo casi que un episodio por jornada con las aficiones y la seguridad en los estadios. ¿Qué nos está pasando?
“El deporte y más el fútbol, que mueve tantas pasiones, lo que debe hacer es unirnos. Ser hincha de un equipo no tiene que llevarnos a que se falte al respeto o a la integridad de un ser humano. Muchas veces pasa entre personas de los mismos colores y nos hacemos daño entre nosotros mismos. Estamos disputando un juego que se vive por momentos. Lo que debemos tener, y me incluyo, es la tolerancia ante la dificultad y la frustración. Entender que hoy termina el juego y mañana vuelve a salir el sol, que en la noche te espera tu madre, tu hijo, tu familia, que mañana tienes que salir a trabajar, a vivir y la vida continúa. Hay que vivirlo en paz. al final, suena a frases de cajón, pero eso es lo más importante en una sociedad que cada día necesita más de los valores humanos”.