Son dos títulos de Copa Libertadores. La jerarquía está en el escudo y refleja que se debe saber jugar la máxima competencia del continente. A pesar de tener un hombre menos, Nacional nunca se sintió contra las cuerdas. Aguardó por el momento preciso en el que debía atacar para generar daño. Sobre el final forzó un tiro esquina, al cual se anticipó Banguero para meter un cabezazo de tres puntos y de poner un pie en los cuartos de final.
El partido de la paciencia
Con el liderato del grupo, Nacional entendió que la obligación del resultado era de Melgar, por lo que luego de un inicio impetuoso reguló para analizar el camino para encontrar Cáceda y no caer en el desgaste del ida y vuelta. Ese análisis lo llevó en la primera parte a tener un bloque corto, en el que hasta Dorlan participó para evitar que Bordacahar evolucionara el juego de su equipo, para la respuesta la banda de Palacios fue la elegida, pero Brahian no pasó por su mejor noche.
El cerrojo en la adversidad
La expulsión de Solis en el inicio del complemento desbarató los planes de Nacional. El cuadro verdolaga ya estaba sufriendo en el medio campo, debido a que el tres planteado en la primera línea de volantes hacia que Melgar siempre tuviese espacio y encontrara un hombre libre para descargar.
Con el hombre de menos, el verdolaga desistió de todo interés de ir al frente de ataque. Le entregó la pelota a su rival, no opuso resistencia para ir a presionar y esperó, a un equipo que a pesar de tener la pelota le costó llegar al área de Mier. Cuando los peruanos lograron penetrar la muralla Aguirre fue el último filtro que mantuvo el arco y el mismo portero al ser exigido con un remate de media distancia.
Autuori respondió con los cambios
La situación era adversa y las decisiones en el banco determinarían en curso final del encuentro. Ante la superioridad numérica y el control de Melgar, Autuori afianzó las líneas defensivas y mandó al campo a Jarlan y Perea, en busca de una contra donde pudiese sacar los tres puntos. Esa dupla cumplió con su misión al juntarse, mostrar rebeldía y generar peligró en una acción que por muy poco se perdió tras un remate cruzado del delantero.
Esa muestra de pundonor, de jerarquía se contagió con el equipo, el cual supo en que momento ir a buscar. Candelo generó un tiro de esquina, subieron las torres y Banguero fue el encargado de poner un cabezazo antes de caer el telón para llevarse los tres puntos.