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Atlético Nacional consumó una vergüenza de marca mayor tras caer 3-.0 como visitante contra Racing en la vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores. El equipo ‘verdolaga’ solo debía mantener una valiosa ventaja de 2 goles que había conseguido en Medellín, pero jugó como un equipo chico a lo largo de 95 minutos y le dio la mano a Racing para una remontada histórica en El Cilindro.
Más allá de lo que se pueda cuestionar en el planteamiento de William Amaral, la crítica y la razón de esta previsible eliminación pasa precisamente por la designación de un DT muy alejado de la idiosincrasia ‘verdolaga’ y que ni siquiera tenía los pergaminos para dirigir al equipo más grande del país. La directiva del cuadro paisa sigue tomando decisiones bastante cuestionables.
¿Dos técnicos para Atlético Nacional?
Después de la controvertida salida de Paulo Autuori tras perder la final con Millonarios y en general nunca convencer con su fútbol al hincha verde, la directiva de Nacional tuvo la ‘maravillosa’ idea de esperar 2 semanas para hacer ruido en el mercado de pases con otros nombres mientras William Amaral (asistente de Autuori) ‘hacía el favor’ de ser interino mientras tomaban la decisión de un timonel en propiedad.
Pasaron un par de jornadas y de repente surgió un inesperado comunicado donde confirmaban a Amaral como entrenador en propiedad hasta diciembre y esto ya era un aviso de la catástrofe venidera.
Un DT sin mucha experiencia como principal en el equipo más grande del país comuna crisis ocasionada por su anterior jefe. Y lo peor es que no contaba con licencia Conmebol para dirigir copa Libertadores, un auténtico ‘papelón’.
Entonces a Nacional le tocó designar a un interino para el torneo continental. Mientras Amaral armaba las estrategias y daba instrucciones desde la tribuna, en la línea técnica estaba un joven Diego Arias haciendo lo que podía. Y sí, en plenos octavos de copa Libertadores ante un grande del continente como Racing de Avellaneda, que en esta edición presentaba una nómina disminuida y con muchos jugadores jóvenes.
El 4-2 en Medellín fue un espejismo de la realidad ‘verdolaga’ que se vio reflejada en Avellaneda cuando el equipo de Amaral y Arias no fue capaz de cruzar la cancha con el balón dominado a lo largo de todo el partido. El desorden institucional de Nacional firmó la eliminación ante un equipo que aprovechó la falta de jerarquía en una plantilla sin rumbo y que con poco logró un resultado épico.