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Después de todo lo que pasó en Cascajal el sábado pasado cuando ya se había confirmado la salida de Lucas González del América de Cali, los jugadores pararon la pelota y respaldaron al entrenador. Adrián Ramos tomó las banderas, como lo ha hecho desde su llegada, y no sólo pidió calma; también fue hablar con la barra y calmó los ánimos. Eso lo hizo fuera del Pascual Guerrero.
Una vez se conoció la formación del América para enfrentar a Independiente Santa Fe y Adrián Ramos estaba dentro de los titulares, hubo un parte de tranquilidad. Desde que llegó de Europa y el equipo escarlata ha estado en esta compleja situación, él ha tomado la posta y empuja a que sus compañeros jueguen, dejen todo y le saquen una sonrisa a los presentes en el estadio del barrio San Fernando en Cali.
Se le vio rápido a Adrián Ramos. Picante y empujando a sus compañeros para abrir el marcador. Él aprovechó que la defensa Santa Fe hizo agua, no marcó bien y pudo inflar la red. Un gol que le dio mucha tranquilidad a sus compañeros y más a Lucas González.
De ahí en adelante, lideró al equipo, estuvo cerca de marcar el segundo y tomó la pelota para cobrar un penal que le hicieron a Andrés Sarmiento. Solo que el VAR lo anuló y no tuvo esa posibilidad. A los 83 dejó la cancha y los pocos hinchas que asistieron se rompieron las manos aplaudiendo al gran ídolo que llegó a 91 anotaciones con la camiseta de sus amores.