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Hubo novedades en Millonarios. Mackalister Silva quedó afuera de la convocatoria y Daniel Ruiz aguardó en el banquillo para la visita del Embajador a Montería. Jaguares, que es uno de los comprometidos en el tema del descenso, llegaba con el estrés de enfrentar a un equipo con tanto renombre y que defiende el título de campeón. Una cancha en pésimo estado acogió el duelo de la quinta fecha de la Liga BetPlay Dimayor 2023-II.
Un gol no siempre significa emoción
Jaguares empezó presionando alto y generando incomodidad en la salida del cuadro albiazul. Los remates de Feiver Mercado y Julián Guevara fueron serios avisos en los que la línea defensiva y Álvaro Montero ya empezaron a sentir cierto estrés.
Después de 15 minutos, el equipo felino retrocedió y Millonarios encontró una situación cómoda para hacer su habitual control de pelota y proponer a partir de la colectividad. Sin embargo, eso fue solamente hasta el tercer cuarto de cancha, pues no sabía saber cómo resolver. La más clara del cuadro bogotano fue en un mano a mano que Samuel Asprilla perdió ante Geovanni Banguera.
Era un encuentro monótono y hasta aburrido. El marcador se desequilibró desde la pelota quieta, con un tiro de esquina que se paseó en el área lo suficiente como para que Jairo Molina diera un toque sutil al minuto 36 y la mandara a guardar. De ahí en más, pocas opciones y muchas infracciones en un duelo carente de emociones.
“Movete, Millos, movete”
Ciertamente, era un Millonarios desconocido. A pesar de las dificultades que presentó en el arranque del semestres en los partidos oficiales, el equipo trataba, al menos, bien la pelota. La notoria mayoría de hinchas albiazules en la tribuna no recriminó, pero Alberto Gamero sabía que tenía que hacer cambios si quería remontar. Fue como si en la cabeza le hubiera sonado un “Movete, Millos, movete” de los que se escuchaba en otras épocas.
Andrés Murillo, Édgar Guerra y Daniel Ruiz entraron en acción para el segundo tiempo. Salieron Samuel Asprilla (de muy mal partido), Luis Paredes y Beckham Castro (discretos). Y sí, todo mejoró: el Embajador empujó sin descanso hacia el frente y ya estaba mereciendo de más el empate. Jaguares amontonó las líneas para defender la mínima ventaja.
Meter la pata
Llegó entonces la tan esperada oportunidad con un codazo infantil que Elvis Mosquera le dio en el área a Leonardo Castro. El mismo delantero, que había resultado infalible en las penas máximas, se reincorporó y se hizo cargo del cobro. Derechazo cruzado que impactó contra el poste y desperdició al 63′.
Jhonier Viveros alcanzó a ver la roja por una acción temeraria en la que levantó la pierna por encima del cuerpo de Édgar Guerra y por poco le pone la patada en el rostro. Sin embargo, no hubo contacto con la extremidad inferior y el VAR advirtió a tiempo al árbitro David Espinosa para que cambiara el color de la tarjeta y lo dejara amonestado.
El que no corrió la misma suerte fue Daniel Padilla, que había entrado para la parte complementaria. Cazó al mismo Guerra con una plancha durísima en la tibia y la tecnología intervino contra revisión que terminó en llamado al colegiado. No había otro camino que la expulsión y Millonarios iba a tener 15 minutos con un hombre de más para cambiar las cosas.
Medidas desesperadas
En un escenario totalmente atípico, Fernando Uribe remplazó a Larry Vásquez y jugó junto a Leonardo Castro. Gamero ya no podía hacer mucho más que ponerse en manos de la puntería de sus atacantes. con el riesgo asumido, se armó un contraataque en el que Duván Rodríguez pudo llegar frente a Montero y liquidar con un disparo potente al 86‘. La anotación fue convalidada, aunque José Medano, que dio la asistencia, le había puesto una mano en el rostro a Sánder Navarro y el juez central no fue invitado a revisar.
Millonarios tuvo escenarios favorables para al menos haber empatado, pero no concretó y ahora tendrá que pensar en el juego de vuelta por Copa BetPlay contra Atlético Bucaramanga, serie que va aganando tras el 3-1 en Bogotá. Terminó primando el juego fuerte de Jaguares para conseguir una victoria importante en su intención de alejarse del descenso.