El Estadio Nemesio Camacho El Campín de Bogotá estuvo a reventar. Fue la ilustración exacta del mar azul al que tanto se refiere Máyer Candelo. El gran apoyo de la hinchada del Embajador se ganó un espacio dentro de los reportes y crónicas para el partido entre Millonarios y América, porque duelos de este nivel, pocos en el fútbol colombiano.
Dos equipos que ya han inscrito sus nombres ante la opinión pública como serios candidatos a ganar el título de la Liga BetPlay Dimayor 2023-I. Esta jornada 16 era la oportunidad perfecta para ver una final anticipada y luchar de la mejor manera en los puestos altos de la clasificación. Para criticar, aunque no es culpa de los equipos ni de Dimayor, el estado de la cancha. Los conciertos se están petaqueando el tapete al que estábamos acostumbrados.
1. Llegar y besar el santo
Millonarios salió con todo. Dominó el inicio del juego en todos los sentidos con posesión de pelota y una presión alta que realmente estaba incomodando todo el plan de la visita. Diego Novoa tuvo que meter las manos como recurso salvador en dos ocasiones.
Sin embargo, eso se quedó en nada. América salió en su primera aventura ofensiva seria al minuto 22 con una jugada colectiva espectacular que terminó con la asistencia de Adrián Ramos para Suárez, quien solamente tuvo que empujarla llegando a pisar el área chica.
2. Pararse con estilo: la crème brûlée
Esa caída fue un golpe duro para el Embajador. ¿Tanto intentarlo para ir perdiendo? No… este equipo no es de esos. Aquí fue cuando la chispa de la eficacia se encendió. Primero, vino un aviso con una chilena de Mackalister Silva que por poco termina con nominación al premio Puskás. En un tiro de esquina, la táctica fija dio resultado con un doble cabezazo en el área que Jorge Arias mandó a guardar para el 1-1 al 31′.
Y no iba a tardar mucho el lujo, la crème brûlée de los goles. Corrían 39 minutos cuando la pelota le llegó a la velocidad de Óscar Cortés. Inteligentemente, la joya sub 20 se frenó para esperar el avance del resto de la ofensiva y la compartió con Mackalister Silva. El capitán dio un toque sutil para que Leonardo Castro se llenara de calidad el taco en un recurso de alta alcurnia y pusiera a ganar a Millonarios. El estadio casi se cae y no era para menos.
3. Caballo que pasa sigue de largo
Solamente inició el segundo tiempo y Millonarios salió a continuar su asedio. Minuto 47 y otra vez, el infaltable, el que falla poco: Óscar Cortés se proyectó por la banda izquierda dejando atrás a cualquier perseguidor. Mandó un pase atrás y ahí llegó Mackalister Silva para liquidar sin piedad. Un 3-1 que no era goleada y mantenía todo vivo para alguna propuesta nueva del Escarlata.
Era inaudito que Óscar Cortés, que ya era la figura del partido, no tuviese su celebración. el fútbol lo iba a premiar con su propio esfuerzo. Recibió la pelota afuera del área y todavía con dos defensores en posibilidad de disputa. Sin alterarse ni nada, apuntó, ubicó el cuerpo y la puso en un rincón. Este hace todo bien y hay que disfrutarlo en Colombia, porque seguramente le espera el fútbol europeo. Tenerlo en cualquier otro continente sería un desperdicio, salvo que quiera seguir en su casa, en Millonarios.
Por más holgado que estuviera el marcador, este era un partidazo para vivir hasta el final. Quiñones habilitó a Suárez para el doblete del argentino al 83′. América ya se había volcado al ataque y, a pesar de sus buenas intervenciones, Novoa no daba seguridad en el arco. Salidas en falso estuvieron a punto de costar una goleada.
Ya en el tercer y último minuto de adición, vino maquillaje para el resultado. Eso sí, con un golazo. Álvaro Montero se equivocó en el pase en largo y la pelota le cayó directamente a Quiñones. Como el guardameta estaba adelantado, vino el disparo larguísimo desde mitad de cancha para poner el 4-3 final.
Este partido no solamente valió cada peso pagado por los asistente y el tiempo de los aficionados, sino que, de lejos, fue el mejor partido de lo que va del año. Una delicia para el ojo de los amantes del fútbol, que saben que Millonarios y América siempre van a tener algo bueno para ofrecer.