Llinás desvara al Embajador en el día sin carro: las claves del triunfo de Millonarios sobre Atlético Huila

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Andrés Llinás cabecea una pelota. - Vizzor Image.
Andrés Llinás cabecea una pelota. – Vizzor Image.

Ya Alberto Gamero había dicho durante la semana que este era un partido clave para los planes de Millonarios. Era la oportunidad propicia para que el equipo bogotano se metiera dentro del grupo de parciales clasificados a la siguiente fase del campeonato. El tema con Atlético Huila es que viene complicado con sus opciones de salvarse del descenso y ahí la angustia es empuje. Más allá del rival modesto y el día sin carro en la capital, los hinchas cumplieron e hicieron ver las tribunas bien azules.

Si bien se esperaba que Álvaro Montero no tuviera mucho trabajo, era una noche especial para él, pues llegó al centenar de juegos con el Embajador. Las malas noticias pasaron por el reciente informe médico en el que se confirmó que Jáder Valencia no podrá jugar más por lo que resta de este año. Por precaución, Daniel Cataño no estuvo en la nómina.

De 0 a 100

Lo primero con lo que inquietó Millonarios fue con un centro desde el córner y un cabezazo de Juan Pablo Vargas, pero Jhon Figueroa atajó sobre la línea y frustró el grito de gol que ya se anticipaba desde las gradas. Ómar Bertel también se aproximó con un zurdazo violento contra la parte externa de la red. Lo del cuadro albiazul era el vértigo por bandas y salió a arrollar. Una lesión dejó prontamente afuera a Sebastián Hernández en el conjunto opita.

Atlético Huila aguantaba en un bloque muy bajo, como normalmente sucede en El Campín con los equipos visitantes. Por el medio también hubo ocasión importante; una conexión espectacular entre Leonardo Castro y Daniel Ruiz finalizó con un remate de la joven joya y se estrelló dramáticamente el el palo. Ya los anuncios eran muchos y el gol iba a llegar con la fórmula del primer aviso: córner y martillazo de Vargas para ponerse al frente al minuto 23.

Sin merecimientos

Ya se sabe que el fútbol no es de merecimientos. Millonarios dominaba absolutamente, pero iba a sufrir. Una jugada de vinicius para enredar a Juan Carlos Pereira y dar un pase filtrado al que llegó Fáber Gil terminó en polémica porque Ómar Bertel llegó a cerrarlo y el extremo de la visita se fue al suelo de una manera extraña y sin un contacto relevante. El árbitro Luis Delgado Hurtado decretó penalti y el VAR no dio avisos. Vinicius se encargó de empatarlo al 33′. Así llegó el descanso.

No hubo cambios de cara al complemento. Parecía que ambos bandos estaban conformes con lo que se había visto en la primera mitad y creían firmemente en su propuesta. Millonarios seguía empujando, pero no encontraba cómo romper la línea defensiva. Cada vez que el local intentó algo por sector derecho, se vio frenado por las malas decisiones de Édgar Guerra.

Ese cambio estaba cantado. Así se dio el regreso de Luis Paredes, que superó lesión en un tobillo. También llegó la oportunidad para Beckham Castro y Gamero tomó riesgos, pues retiró del campo a Juan Carlos Pereira. Esas sustituciones le cambiaron la cara al partido: se vio a un Millonarios más veloz y eficiente para llegar al área. Figueroa seguía siendo figura con sus atajadas.

El Embajador se vio apresurado y atropellado. Ese afán desesperante por ir a buscar un gol se tradujo en una inseguridades evidentes que derivaban en malas entregas de pelota y lentitud a la hora de ejecutar transiciones. Con muy poco, Huila se estaba llevando un botín, pero el fútbol iba a hacer justicia. El de siempre, el emblemático, el luchador Andrés Llinás subió a cabecear y encontró la pelota en la que le ganó a Figueroa en su mala salida. El Campín estalló y se emocionó con un triunfo en el último suspiro que mete a Millonarios dentro de los ocho.