Un mes y medio tuvo que pasar para que el partido entre Deportes Tolima y Millonarios pudiera realizarse. El incidente en que un desadaptado ingresó al terreno de juego del Estadio Manuel Murillo Toro de Ibagué el pasado 12 de febrero para agredir al centrocampista Daniel Cataño fue todo un escándalo.
Lo que en principio parecía ser un tema finalizado con la pérdida de puntos para el conjunto Embajador, se aclaró con el acta del árbitro: Wílmar Roldán reportó que había suspendido el encuentro, por lo que tendría que reprogramarse. Como tantas veces, las decisiones blandas de Dimayor en este tipo de asuntos no hicieron llegar sanciones de consideración por la falla en el dispositivo de seguridad y el único afectado pareció ser el jugador, quien respondió a la agresión y recibió tres partidos de suspensión, además de quedar inmerso un proceso administrativo por parte de las autoridades ordinarias.
Entrevista con Milton Restrepo, secretario de Gobierno de Ibagué
El futbolista ya está habilitado para jugar y también están abiertas las gradas de escenario deportivo. No se permitirá el ingreso de barras organizadas de Millonarios y el ruego de todos es que el espectáculo transcurra en paz. Claro Sports dialoga con Milton Restrepo, secretario de Gobierno de la ciudad de Ibagué. No solamente explica cómo se llevará a cabo el esquema de seguridad, sino que comparte sus sensaciones sobre todo lo acontecido con este partido de fútbol.
¿Cuál es el balance y cómo va a estar organizado el dispositivo de seguridad para este miércoles?
“Primero que todo, un saludo para la audiencia y seguidores de Claro Sports en nombre del ingeniero Andrés Fabián Hurtado, alcalde de Ibagué, y todo su gabinete. Este partido entre Tolima y Millonarios ya se vuelve clásico. Implicó varias reuniones para que esta fiesta del fútbol sea de seguridad, tolerancia y convivencia. Habrá un dispositivo de más de 1.200 hombres, entre el Ejército, la Policía, cuerpos de socorro, Secretaría de Movilidad… todos, encaminados a que esta fiesta deportiva se viva hoy con seguridad. Por eso estamos en el mayor número de alertas, con todos los dispositivos y controles en las entradas a la ciudad de Ibagué desde las 8:00 de la mañana. Una vez se acabe el partido, estarán también todos los dispositivos por tierra y cielo, con la Fuerza Aérea, que nos está ayudando, y los drones de la Policía que entregamos por parte de la administración municipal. Tenemos todas las herramientas humanas, tecnológicas y de movilidad para que todos los hinchas, visitantes y los equipos tengan la seguridad y se pueda llevar a cabo el partido sin ningún percance”.
El Imdri, que es el Instituto de Recreación y Deporte de Ibagué, emitió un comunicado en el que se informó que las barras organizadas de Millonarios no podrán hacer ingreso al escenario deportivo. Dentro de las razones enumeradas explican que se presentaron incumplimientos en ciertos compromisos. Más allá de esas irregularidades, ¿esta decisión se toma para evitar más tensión o la posibilidad de desmanes?
“Esa fue una decisión de la Comisión Local de Fútbol, donde somos varias entidades. Sin duda, varios compromisos que asumieron las barras Blue Rain como los tradicionales del equipo Millonarios fueron incumplidos en la fecha pasada en la alteración del orden público entre ellos mismos, porque hubo enfrentamiento entre las dos barras. Adicional, las armas cortopunzantes, como navajas, machetes y cuchillos, más el tema de sustancias psicoactivas al interior de los buses. En eso, habíamos acordado con la Secretaría de Gobierno de Bogotá y los enlaces de las barras no permitirlo. Bus que llegara con un machete o cuchillo sería devuelto y no ingresaría al estadio. Sin embargo, se incautó por parte de la Policía e ingresaron. Incluso, al ingreso nos tocó volver a requisar y nuevamente encontramos. Cuando iban llegando los buses, venían hinchas de Millonarios por las ventanas, voleando machete y exponiendo a cualquier ciudadano a su paso en el trayecto para llegar al estadio. Encontramos que uno de los hinchas de las barras de Millonarios agredió a un policía con una piedra al interior del estadio desde la tribuna visitante, descalabrando a este funcionario público del Undemo (antiguo Esmad). Le tuvieron que suturar la cabeza a partir de estos desmanes. Eso nos imposibilita el ingreso al estadio, mas no el cierre de fronteras hoy”.
Con respecto al día anterior, ¿el personal disponible para el dispositivo de seguridad se mantuvo?
“Se aumentó por parte del Deportes Tolima y el Ejército. La Policía mantiene el mismo dispositivo. Aumentamos en herramientas con el envallamiento del Estadio Manuel Murillo Toro. En las tribunas donde tuvimos los percances con el desadaptado de apellido Montenegro, que está sancionado y no puede ingresar al estadio durante tres años, aumentamos el tema logístico al interior para evitar cualquier tipo de inconveniente. Se aumentaron los controles para que no haya flexibilidad ni laxitud en cualquier tipo de percance, que inmediatamente obligaría al retiro de cualquier hincha. La idea es que los asistentes tengan la seguridad de que esta fiesta se va a llevar a cabo con tranquilidad”.
Ha pasado cerca de un mes y medio desde aquel incidente y ha habido tiempo para reflexionar. Se ha conocido la postura por parte del presidente del Deportes Tolima, César Camargo, ¿pero cuál es la visión desde la Secretaría de Gobierno de Ibagué? ¿Se falló en ese dispositivo de seguridad? ¿Sirvió para mejorar?
“Yo creo que todos los partidos son una lección de aprendizaje, Nicolás. Cada partido nos deja una reflexión, independientemente de si pasan hechos positivos o negativos. Aquí hemos venido afianzado, desde que asumimos la Secretaría de Gobierno, una presencia permanente y activa, tratando de ser el organizador y articulador de todas las instituciones para que el fútbol se pueda vivir en paz. Por eso, la disposición del alcalde de abrir fronteras después de que llevábamos muchos años en los que para varios partidos con equipos de otros departamentos y ciudades se cerraban fronteras en Ibagué. Ese partido nos deja una gran reflexión ciudadana, del tema culturar. Una reflexión en los dispositivos logísticos y de seguridad, donde, sin duda, la Policía actuó en muy pocos minutos, capturando, individualizando y judicializando a este señor Montenegro, que no representa la posición de los tolimenses ni de la hinchada del Deportes Tolima”.
“También una reflexión al club en el tema logístico. Hoy, las normas, no solo en Colombia, sino en el mundo, van obligando a que los clubes, que son empresas privadas, asuman el control y la seguridad al interior de los estadio. Aquí hemos venido haciendo ese ejercicio en los protocolos de seguridad para que el Deportes Tolima asuma una mayor participación logística al interior de estadio y podamos liberar nuestra fuerza pública para mantener el orden en la ciudad. Un partido es este tipo, categoría tipo A, demanda más de 1.000 hombres, más de 1.500 personas de diferentes entidades que, prácticamente, paraliza la seguridad de una ciudad como Ibagué. Toda la fuerza pública volcada a una fiesta deportiva y eso obliga a doblar horarios y estrategias. Todo eso han sido reflexiones y hoy tenemos un grupo más articulado e interdisciplinario, con claridad en lo que debemos hacer en este tipo de partidos con crisis que se llegaran a suscitar y evitar que suceda de nuevo”.
Hubo alguna polémica en los días posteriores al incidente por cuenta de un proceso administrativo que se abrió en contra del jugador Daniel Cataño por haber respondido a la agresión de esta persona que invadió el terreno de juego. ¿En qué va ese tema?
“Yo he sido muy prudente porque soy segunda instancia del inspector de Policía que inició el proceso de oficio en contra del jugador Cataño, pero que también impuso a Montenegro una sanción pecuniaria de tres años sin ingresar al Estadio Manuel Murillo Toro. No fue sanción para una sola de las partes. El proceso está en su camino procesal y creo que el jugador Cataño no se ha presentado, lo que puede llevar más adelante al inspector de Policía, si él determina, conllevarlo con la Policía a que se presente a través de apoderado o de él en este proceso administrativo. Por obvias razones, Nicolás, me abstengo de hacer un mayor pronunciamiento porque sería segunda instancia del fallo que emita el inspector de Policía”.
Para hacer claridad, si Daniel Cataño no cumple esta citación, ¿podría ser detenido por la Policía?
“El Código de Convivencia y Policía tiene unos procedimientos establecidos. Los inspectores se rigen por él. Efectivamente, lo que hará el inspector es aplicar lo que diga la norma”.
Una situación bien conocida en Ibagué que viene de años atrás es muchas veces la seguridad dentro de estadio sí está garantizada y el esquema funciona, pero afuera no. Es una cosa en específico y tiene que ver con los ataques con piedras contra los buses de barras visitantes y de los equipos profesionales. Sucedió en aquella oportunidad de Millonarios y con Junior. ¿Cómo se está trabajando para evitar esto?
“En el partido contra Junior tuvimos el suceso de un hincha del Deportes Tolima, no en la zona de los tres anillos de seguridad, sino durante el trayecto hacia el estadio, que lanzó una piedra contra el bus y rompió un vidrio. A los 15 minutos, gracias a unos dispositivos que hemos venido afianzando y fortaleciendo de inteligencia de la Policía, fue capturado, individualizado y puesto a disposición de la Fiscalía para el procedimiento debido, no solamente por el tema de daño a bien ajeno, sino por todo lo que implica este tipo de desmanes en orden público y seguridad. Es decir que ya hemos venido aprendiendo, no hemos vuelto a tener este problema. Ya hay un resultado efectivo con la captura de este personaje a los 15 minutos”.
Secretario, ¿cuál es su mensaje para toda la comunidad del fútbol?
“Nicolás, hoy, tal vez, yo puedo ser el personaje más odiado por las barras del Deportes Tolima. Aquí lo que hemos pedido con cariño es demostrar la cultura de los ibaguereños y de los tolimenses. Yo tengo que resaltar que el comportamiento de la barra Revolución es intachable al interior del estadio, pero también he hecho críticas en la forma cultural en que se promueve el odio, las palabras soeces y el irrespeto verbal en la barra de oriental. Implica hoy hacer una reflexión individual por parte de quienes ingresan a la tribuna oriental de que Ibagué no puede ser el madrazo. La fiesta del fútbol debe ser para que puedan ir el hijo, el papá y el abuelo. Donde todos, en familia podamos disfrutar del espectáculo. Queremos enviar un mensaje desde Ibagué para Colombia y el mundo de que el estadio puede ser un escenario de integración”.