Daniel Cataño fue agredido por un sujeto que saltó desde la tribuna en Ibagué, la barra de Bucaramanga saltó al campo en el partido contra Tolima, pero sólo fue hasta que en uno de los partidos más taquilleros del FPC, Nacional vs América, Los Del Sur armaran una batalla campal para que la Dimayor se reuniera en busca de medidas para frenar la escalada de violencia en los estadios.
El pasado lunes en una “reunión informal” se reunieron las cabezas de los equipos para analizar y contemplar posibles soluciones. Una de las propuestas más revuelo causó es el regreso de las mallas a los estadios, puesta sobre la mesa por el presidente de Millonarios, Enrique Camacho. Una idea no sólo arcaica, también es un llamado a la tragedia.
“Debe haber mallas en El Campín y en toda Colombia. De 2.50 de altura y 25 metros en las barras populares, como dice la ley. Gústenos o no nos guste”, dijo el directivo azul. Su iniciativa, lejos de ser una solución, parece ser una estrategia de algún alcalde bogotano para calmar a los medios y mejorar la percepción. Enrique Peñalosa se preguntará por qué se menciona en este texto, es el claro ejemplo de una idea vendida como salvación, pero en realidad genera más problemas. En 1998, su primera alcaldía de Bogotá, Peñalosa implementó el ‘pico y placa’ como supuesto remedio a la creciente congestión vehicular en la capital. Como consecuencia muchas familias compraron un segundo carro o moto, creció el parque automotor y los trancones. De acuerdo al índice de Inrix, el Distrito Capital está entre las 10 ciudades más congestionadas del mundo.
Las mallas se fueron del fútbol debido a las fatalidades
Camacho argumenta su iniciativa al decreto 1270 de 2010 “el conducto reglamentario 17-17 del 2010 dice que todos los estadios del país deben tener mallas“, pero es importante recordar porqué se incluyó abolir los alambrados en los estadios en las exigencias FIFA, tragedias en todo el mundo debido a muertes causadas por avalanchas: la tragedia de Heysel, la segunda tragedia de Ibrox, tragedia de las puertas 11 y 12, tragedia de Hillsborough, por sólo mencionar algunas.
Es utópico pensar que en las tribunas populares no habrá aglutinamiento o no se celebrarán los goles con avalanchas, las mallas representan un retroceso y un peligro latente a la catástrofe. Lanzar esta propuesta es desviar la atención y evadir responsabilidad a reales soluciones como la biometría y detectores de metales en los ingresos a los estadios.
¿Qué pasó con la identificación biométrica?
El Decreto 1622 de agosto de 2022 establece “mecanismos de seguridad para la convivencia en el fútbol profesional, implementando por etapas la reglamentación en la venta, emisión de la boletería y el sistema de ingreso de aficionados a los eventos de fútbol profesional en Colombia“. No obstante, no se invierte en infraestructura para le seguridad porque los equipos argumentan que los estadios son propiedad de las ciudades; los gobiernos municipales no incluyen las reformas en sus agendas y se tiran la pelota de lado a lado.
En Bogotá se realizó un plan piloto de la implementación de la biometría para el ingreso a El Campín, debutó en el partido Millonarios vs. Patriotas por la octava fecha del segundo semestre de la LigaBetplay 2021. El control biométrico facial fue para 1.500 personas en la tribuna sur.
“Los equipos profesionales de fútbol deberán, a partir de ahora, garantizar que todos los partidos haya equipos biométricos de identificación de las personas que ingresan al estadio avalados por la Secretaría Distrital de Seguridad Convivencia y Justicia, además de presentar pruebas de que cuentan con suficiente capacidad logística para cubrir todos los incidentes que se presenten”, expuso el IDRD antes de iniciar el plan piloto. Y hasta ahí fue
Cuando no hay voluntad política y se trata de dinero, no es de extrañarse que la discusión sea bizantina. Se habla de una inversión multimillonaria que nadie quiere asumir, al menos en sin otro propósito que cumplir lo estipulado por la ley y velar por la seguridad en los escenario deportivos.
Entre la firmatón de contratos de la exministra del Deporte, María Isabel Urrutia, uno resalta entre la polémica. La exfuncionaria adjudicó un contrato en diciembre de 2022 una empresa para que se encargara de hacer el diagnóstico para la implementación de los sistemas de identificación de hinchas en los estadios del país. No obstante, el contrato está bajo la lupa porque se firmó de forma directa sin cumplimiento de los requisitos legales.
El Ministerio del Deporte adjudicó a la empresa Alianza Pública para el Desarrollo Integral (Aldesarrollo) un contrato de $4.950.000.000 por cinco meses de ejecución para analizar como se puede cumplir con los mecanismos de seguridad para la convivencia del fútbol profesional, contemplados en el Decreto 1622 de agosto de 2022. El contrato está vigente y en mayo sabremos si fue dinero en saco roto o desde el Gobierno Central se impulsarán acciones reales para evitar que los escenarios del país se conviertan en coliseos romanos.