En un encuentro vibrante, Colombia y Chile empataron sin goles en El Monumental de la ciudad de Santiago. Un terreno que no estuvo acorde a lo que pide una Eliminatoria; lleno de huecos, parches y que complicó el trámite del mismo. Literal: un partido de potrero donde primó el juego fuerte y en el que Camilo Vargas fue la figura de la Tricolor. La próxima fecha, los de Lorenzo se verán las caras contra Uruguay y Ecuador.
Una vergüenza de cancha
Es increíble que en pleno 2023 Chile haya escogido este estadio para jugar el partido contra Colombia. Un país que hace muy poco fue sede de Copa América, tiene más terrenos para recibir un duelo de este talante. La grama complicó a los dos y se atravesó en el trámite del cotejo. Se vio un encuentro de potrero en donde ganaba el más fuerte, no el que mejor jugara.
Camilo Vargas llegó para quedarse
El portero que fue suplente durante tres Eliminatorias completas, ha demostrado en estos dos encuentros (más los amistosos) que es el dueño del arco de La Tricolor. En Santiago sacó dos pelotas claras de gol y una de ellas cuando caía el telón del cotejo. Da seguridad y tiene la personalidad suficiente para quedarse con la portería que defendió David Ospina por mucho años.
Arriba no salió nada
Fue uno de los partidos más flojos, en ataque, de la Selección Colombia en la era de Néstor Lorenzo. No se le metió miedo al rival y el portero chileno fue un espectador más. Carrascal, Luis Díaz, Santos Borré y Arias tuvieron cumplir una labor de obreros y a la hora de atacar no tuvieron la claridad de otros momentos. Tampoco les llegó el balón claro por parte de los volantes.