Un cabezazo de Luciano Rodríguez en la agonía del partido le dio a Uruguay su primer título en el Mundial Sub 20. El delantero del Liverpool uruguayo anotó a los 85 minutos tras un tiro esquina el domingo en el estadio Diego Maradona de La Plata, bajándole el martillo a un partido que la Celeste había dominado desde el inicio, decidida a que la tercera final de su historia fuera la vencida.
Uruguay se había quedado en la orilla en las ediciones de 1997 y 2013 del certamen juvenil. Los dirigidos por Marcelo Broli taparon así el hueco vacío en las vitrinas del fútbol uruguayo que incluyen los dos campeonatos mundiales de mayores (1930 y 1950) y las medallas doradas en los Juegos Olímpicos de 1924 y 1928.
La Celeste cerró su campaña victoriosa con seis triunfos y apenas una derrota 3-2 ante Inglaterra en primera ronda, que fueron los dos únicos goles que recibió en todo el certamen. Frente al miedo escénico de una final, el equipo sudamericano fue el merecido ganador dentro y fuera de la cancha, en la que sus hinchas ocuparon la mayoría de las casi 40.000 gradas del Maradona. Fueron 15 remates a puerta de los uruguayos contra apenas dos de los italianos, pero ninguno de riesgo para el arquero Randall Rodríguez.
Uruguay merodeó el gol con un tiro libre del propio Rodríguez; dos disparos de media distancia de su capitán Fabricio Díaz que se fueron apenas desviados y un cabezazo de Anderson Duarte que de milagro despejó al tiro de esquina el arquero italiano Sebastiano Desplanches en la primera parte.
La Celeste también se destacó por su defensa inexpugnable —fue una de las vallas menos vencidas del torneo (2)— que mantuvo lejos del área al volante Cesare Casadei, autor de siete goles y máximo artillero del certamen.
La Azzurra —que disputaba su primera final— había mostrado un interesante juego interno y ambición a lo largo del certamen, pero se vio obligada a aferrarse a la vieja receta del Catenaccio para sostener el cero en su arco en el complemento y forzar una definición por penales cómo única vía para imponerse en una partida de trámite desfavorable.
Pero Rodríguez, que no había podido jugar los dos últimos partidos por una expulsión ante Gambia en octavos de final, se reivindicó en un tiro de esquina. Su compañero Alan Matturro peleó la pelota y la fortuna del campeón quiso le cayera al delantero uruguayo para el cabezazo.
Con la victoria uruguaya, Sudamérica recuperó el trofeo después de más de una década de dominio europeo. Brasil había sido el último en dar la vuelta olímpica en 2011. Luego se sucedieron los títulos de Francia (2013), Serbia (2015), Inglaterra (2017) y Ucrania (2019).