El primer Masters 1.000 de la temporada de polvo de ladrillo ya tiene a un campeón. El tenista ruso Andrey Rublev venció en Monte-Carlo, en un apretado partido, a una de las mayores promesas del tenis y quien venía dando grandes sorpresas en este certamen, el noruego Holger Rune con parciales de 5-7, 6-2 y 7-5.
No fue un partido sencillo para ninguno de los dos. Especialmente, para Rublev. El joven tenista de 25 años tuvo que remar desde atrás para conseguir su primera corona en un torneo de este tipo, luego de que su rival consiguiera llevarse la primera manga, al quebrarle su juego de saque, cuando este servía para llevar el set a un tiebreak.
Aunque esto fue un golpe de ánimo para Rune, el noruego no supo capitalizarlo. Fue Rublev quien consiguió desplegar un mejor tenis en la cancha y poner sobre las cuerdas a su rival, a pesar de que en los primeros juegos del segundo set ambos tuvieron complicaciones para mantener su saque.
No obstante, cuando el marcador estaba 2-2, Rublev sacó su mejor tenis y se fue de largo al ganar cuatro juegos seguidos y cerrar el segundo set a su favor con un contundente 6-2. De esta manera, la final de Monte-Carlo se definió en un tercer set en el que el ruso desplegó toda su experiencia para sacar adelante un partido que parecía perdido.
Rune se puso arriba por 3-0 y, en un abrir y cerrar de ojos, el público ya veía cómo el noruego se encarrilaba a una nueva victoria al poner el marcador a su favor por 4-1. Sin embargo, Rublev nunca se rindió y, poco a poco, sacó a flote toda su experiencia para emparejar los números, quebrar el saque de Rune en el cinco iguales y, posteriormente, servir por alzarse con el trofeo.
Con un 6-5 a su favor, a Rublev no le tembló el pulso y, de manera rápida, obtuvo tres puntos para campeonato. Rune, consiguió salvar uno de estos, pero nada pudo hacer ante un gran primer saque del ruso que selló la victoria con un ace y, de esta manera, sumar su primer título de Masters 1.000 en lo que va de su carrera.