Novak Djokovic utilizó toda su experiencia, implacabilidad y su condición física para derrotar a un acalambrado Carlos Alcaraz 6-3, 5-7, 6-1, 6-1 en Roland Garros el viernes y se acercó a una victoria de su 23er título de Grand Slam, lo que sería un récord.
El No. 1 y favorito Alcaraz realizó un tiro particularmente brillante, uno que se hizo viral a los pocos minutos y del que posiblemente se hablará durante años, en camino a ganar el segundo set del que, en ese momento, era un enfrentamiento muy disputado y emocionante. Pero al final, el altamente esperado partido resultó lo más anticlimático posible.
Ello fue debido a que al inicio del tercer set, después de casi dos horas y media de esfuerzo y tensión en un caluroso día de 29 grados en la cancha Philippe Chatrier, el cuerpo de Alcaraz comenzó a bloquearse.
Primero, comenzó a tener calambres en la mano. Luego fue en las piernas. Y así, con el partido 1-1, el español tuvo que tomar un descanso y ser atendido por el médico. Debido a que no fue entre juegos, Alcaraz se vio obligado a perder el siguiente juego y se fue abajo 2-1.
A partir de ese momento, prácticamente todo terminó. Djokovic, de 36 años, fue capaz de navegar hasta el final contra Alcaraz, de 20 años, logrando la diferencia de edad más amplia en semifinales de Grand Slam desde 1991.