No es ningún secreto que a Novak Djokovic le gusta alimentarse de la negatividad en los encuentros de tenis. No importa si está arriba o no en el marcador. El tenista simplemente encuentra motivación e inspiración de cualquier forma.
Puede ser por la forma en la que un umpire está oficiando ese día o la forma en la que el grupo de Djokovic está sentado en su lugar en lugar de levantarse para animarlo o las críticas por hablar de temas políticas —todo lo que ha sucedido en el Abierto de Francia. O quizá es el trato de los aficionados que, como hicieron el viernes en la victoria por 7-6 (4), 7-6 (5), 6-2 de Djokovic en la tercera ronda ante Alejandro Davidovich Fokina (29), decidieron abuchearlo por ninguna aparente razón.
Eso ocurrió en la cancha Philippe Chatrier en el duelo de tres sets en un Grad Slam para largo que jamás haya enfrentado el tenista campeón 22 de títulos de un major. El encuentro duró tres horas y 36 minutos. No le encantó lo difícil que se tornó todo en el encuentro, no le encantó cometer tres faltas dobles en un mismo game y tampoco le gustó la respuesta del público.
“La mayoría de la gente viene a disfrutar del tenis o apoyar a uno u otro jugador. Pero hay personas —grupo o lo que sea— que le encanta abuchear en todo lo que hagas. Es algo que creó es una falta de respecto y francamente no entiendo”, indicó Djokovic en conferencia de prensa.
Djokovic enfrentará en la siguiente ronda al peruano Juan Pablo Varillas, quien siguió sorprendiendo y eliminó por 3-6, 6-3, 7-6, 4-6, 6-2 al 13mo sembrado Hubert Hurkacz. A sus 27 años alcanzó la segunda semana de un Grand Slam por primera vez en su carrera.