Lo que parece ser la inminente llegada de James Rodríguez a Sao Paulo genera muchas dudas. Normal ante la situación de un jugador que viene de tener tantos años malos seguidos y ahora regresa a Sudamérica a recuperar el nivel.
El Tricolor tiene una rica historia y llegar a un equipo de esa magnitud siempre va a generar presión. Hay varios condimentos para analizar con lupa sobre el club que está por confiar en el colombiano como fichaje para superar varias temporadas sin conquistas.
Club con historia
Al hablar del Sao Paulo no solamente se está hablando de uno de los clubes más grandes de Brasil, sino de toda Sudamérica. Ha ganado seis veces el Brasileirao, ubicandose como el quinto máximo ganador histórico de esa competición. Sin embargo, posee tres conquistas de la Copa Libertadores, una Copa Sudamericana, dos recopas Sudamericanas y el Mundial de Clubes del 2005.
Fundado en 1930, el Tricolor está en una década muy especial por lo que será su centenario. Por el Morumbí han pasado leyendas como Rogerio Ceni, Cafú, Denilson, Kaká, Friaça o Raí. Ser un gran club lo lleva consecuentemente a tener grandes rivalidades.
Ciudad de presión
Precisamente, hablando de rivalidades, Sao Paulo es uno de esos clubes a los que cualquiera quiere salir a ganarle. Sin embargo, muchos de esos enfrentamientos icónicos están dentro de la misma ciudad. Corinthians, Palmeiras y Santos pertenecen al mismo estado y no es casualidad que sean los tres máximos ganadores del Brasileirao.
Es una ciudad que respira fútbol. Datos demográficos ubican a Sao Paulo como la novena más poblada del planeta y la de más densidad de Sudamérica. Los 20 millones de habitantes tienen como principal distracción el deporte rey y, se podría llegar a decir, que seguir el fútbol allí es un estilo de vida.
Momento complicado
A pesar de su inobjetable grandeza, Sao Paulo no pasa por un buen momento y esto se ha alargado durante años. No gana el Brasileirao desde el 2008 y desde allí no solamente le han tomado ventaja sus rivales directos en cuanto a títulos, sino que se le ha escapado por poco, siendo subcampeón, en en 2014. De ahí en más. El gran título vino con la Copa Sudamericana del 2012, cuando venció a Tigre de Argentina en la final.
La presente temporada no tuvo una buena presentación en el Campeonato Paulista y marcha sexto del Brasileirao, a 15 puntos del líder Botafogo y tras 16 partidos jugados. El objetivo primordial parece ser la Copa Sudamericana para intentar ganarla 11 años después. En este torneo internacional ganó el grupo que compartió con Tigre, Deportes Tolima y Academia Puerto Cabello. Ahora le toca medirse a San Lorenzo en los octavos de final. James se encontrará con jugadores de amplia trayectoria como Rafinha y Alexandre Pato.
Calidad y fuerza
El sinónimo perfecto y que generalmente viene a la cabeza cuando se habla de Brasil en fútbol es jogo bonito. Durante décadas, el balompié del gigante sudamericano acostumbró al mundo a un juego vistoso, de regates, gambetas y acrobacias que deleitan. Algo de eso se mantiene y James Rodríguez ha demostrado que sabe en ese aspecto.
El problema radica en la transformación natural que ha llegado. Así como sucede en Argentina, allí se corre y se mete la pierna con fuerza. Es normal que los habilidosos sean presas de los centrocampistas o defensores que van todo por la pelota o la persona. Ahí recaen todas las dudas que pueda haber con el cucuteño en el fútbol brasileño.
En Sudamérica se carece muchas veces de las comodidades que hay en Europa. Además, los antecedentes de James Rodríguez con las lesiones y los conflictos con suss clubes en LaLiga, la Premier League, la Qatar Stars League y la Superliga de Grecia son un signo poco alentador.