Independiente Medellín encontró el revulsivo numérico en el momento que más lo necesitaba. Jugaba su segundo partido como local, pero fuera del Atanasio por ‘culpa’ de la Feria de las Flores y debió hacer un fortín improvisado en Itagüí.
La gente del ‘poderoso’ colmó las gradas del estadio de Ditaires en el municipio cercano a Medellín y los dirigidos de Alfredo Arias estaban obligados a ganar tras la dura derrota contra Santa Fe y los constantes cuestionamietos hacia el DT uruguayo.
Como condimento especial estaba Andrés Cadavid como central en Envigado y Medellín seguía su libreto habitual de trabajar en pro de crearle opciones a Luciano Pons. Cetré y Monsalve tuvieron un aceptable primer tiempo en la tarea ofensiva y mostraron una mejor imagen a la hora de proponer.
Envigado había asustado a los 11 minutos con un palazo de Zapata y Medellín respondió 15 minutos más tarde con una gran jugada de Cetré que terminó en gol anulado a Pons, por fuera de lugar cuando cabeceaba a puerta semivacía.
Medellín sí jugaba mejor que en otras ocasiones en una cancha incómoda, pero no era la gran cosa. Sin embargo, su fútbol emocionaba e iba arrinconando a Envigado y el peso específico de cada equipo terminó de inclinar la balanza; en parte porque el cuadro naranja está estrenando técnico y tiene mucho por trabajar.
Una imprudencia destraba la historia
La segunda mitad fue un monólogo del equipo de Arias, al menos desde la posesión; aunque sin tantas opciones claras de peligro. Pero tanto insistieron hasta que Luis Felipe Gómez cometió un imprudente penal cabeceando la cabeza de Brayan León sobre la línea del área.
León salió mareado de la cancha tras caer desplomado y Daniel Londoño cambió el penal por gol engañando a Johan Parra en el cobro y el ‘poderoso’ encontró la justa ventaja a los 68’. Se dedicó a administrar el marcador e inquietar de vez en cuando a una ‘pálida naranja’ que tampoco pudo contener a Anderson Plata y Deinner Quiñones.
DIM respira en la Liga y olvida su dolorosa eliminación en Copa Sudamericana mientras que Alfredo Arias consigue una semana tranquila para trabajar mejor en la identidad de un equipo que aún no sabe brillar.