Los clásicos son a otro color. A otro precio. Y este domingo, en Santa Marta, el derbi costeño volvió a dejar un final de infarto. Junior tuvo la victoria en sus manos, pero en un abrir y cerrar de ojos acabó regalando dos puntos, los cuales, sin duda, le van a pesar para una futura clasificación a los cuadrangulares semifinales. Vladimir Hernández y Sebastián Viera marcaron para el visitante, mientras que Isaac Camargo fue el ‘ángel’ samario.
Dos tiempos, dos caras. La primera, pálida; la segunda, emocionante. El clásico costeño dejó todo tipo de emociones a lo largo de los noventa minutos. A falta del juego colectivo, las individualidades, y por medio de Vladimir Hernández llegó el primer festejo de la tarde. Un jugadón de esos que se ven en la élite puso a celebrar al banco barranquillero. El ‘Pequeño gigante’ cazó un balón en la mitad de la cancha y, a partir de ahí, no la soltó hasta el área del Unión. Eso sí, sacándose a Munive con un túnel y dejando a Gil congelado. Al final, uñero al ángulo. Golazo.
No caía mal un baldazo de agua helada para el Unión en medio del calor, pero dos iban a ser mortales, y tan solo cinco minutos después llegaba una pena máxima sobre Wálmer Pacheco la cual iba a transformar en gol Sebastián Viera. Parecía grogui el cuadro ‘Bananero’, pero en la historia de los clásicos o matas a tu rival o lo dejas vivo para sufrir, y esto último terminó aplicando el elenco ‘Tiburón’.
Isaac Camargo, el elegido. Faltaban 12 minutos para bajar el telón y el Unión no veía la luz al final del túnel. Más ganas que peligro. Hasta que en el 88’ la varita tocó al delantero barranquillero. Una buena jugada colectiva acabó en los pies del ‘9’ que terminó batiendo a Viera… y solo cuatro minutos después, tras un cabezazo de Correa, el ariete atlanticense metió la testa para desatar la locura en el Sierra Nevada. Lo que inició como un clásico del bostezo, al final terminó siendo un clásico de suspenso.